Propuesta:

.DESCRIPCIÓN DE UN ESTADO FÍSICO seguido de DESCRIPCIÓN DE UN CUADRO

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DESCRIPCIÓN DE UN ESTADO FÍSICO Antonin Artaud

Una sensación de quemadura ácida en los miembros,
músculos retorcidos e incendiados, el sentimiento de ser un vidrio frágil,
un miedo, una retracción ante el movimiento y el ruido.
Un inconsciente desarreglo al andar, en los gestos,
en los movimientos.
Una voluntad tendida en perpetuidad para los más simples gestos,
la renuncia al gesto simple, una fatiga sorprendente y central,
una suerte de fatiga aspirante. Los movimientos a rehacer,
una suerte de fatiga mortal, de fatiga espiritual
en la más simple tensión muscular, el gesto de tomar, de prenderse inconscientemente a cualquier cosa, sostenida por una voluntad aplicada.

Una fatiga de principio del mundo, la sensación de estar cargando el cuerpo, un sentimiento de increíble fragilidad, que se transforma en rompiente dolor, un estado de entorpecimiento doloroso, de entorpecimiento localizado en la piel, que no prohibe ningún movimiento, pero que cambia el sentimiento interno de un miembro, y a la simple posición vertical le otorga el premio
de un esfuerzo victorioso.
Localizado probablemente en la piel, pero sentido como la supresión radical de un miembro y presentando al cerebro sólo imágenes de miembros filiformes y algodonosos, lejanas imágenes de miembros nunca en su sitio.
La suerte de ruptura interna de la correspondencia de todos los nervios.

Un vértigo en movimiento, una especie de caída oblicua acompañando cualquier esfuerzo, una coagulación de calor que encierra toda la extensión del cráneo, o se rompe a pedazos, placas de calor nunca quietas.
Una exacerbación dolorosa del cráneo, una cortante presión de los nervios, la nuca empeñada en sufrir, las sienes que se cristalizan o se petrifican, una cabeza hollada por caballos.

Ahora tendría que hablar de la descoporización de la realidad, de esa especie de ruptura aplicada, que parece multiplicarse ella misma entre las cosas y el sentimiento que producen en nuestro espíritu, el sitio que se toman. Esta clasificación instántanea de las cosas en las células del espíritu, existe no tanto como un orden lógico, sino como un orden sentimental, afectivo.
Que ya no se hace: las cosas no tienen ya olor, no tienen sexo.
Pero su orden lógico a veces se rompe por su falta de aliento afectivo.
Las palabras se pudren en el llamado inconsciente del cerebro, todas las palabras por no importa qué operación mental, y sobre todo aquellas que tocan los resortes más habituales, los más activos del espíritu.

Un vientre aplanado.
Un vientre de polvo fino y como en foco. Debajo del vientre una granada reventada.
La granada expande un flujo de copos que se eleva como lenguas de fuego, un fuego helado. El flujo se agarra del vientre y lo hace girar.
Pero el vientre no da más vueltas. Son venas de sangre como vino, de sangre combinada con azufre y azafrán pero con un azufre endulzado con agua.

Sobre el vientre sobresalen los senos. Y más hacia arriba y en profundidad, pero en otro plano del espíritu un sol enardecido de manera que se podría pensar que es el seno el que arde. Y un pájaro al pie de la granada.
El sol parece que tuviera una mirada.
Pero una mirada que estaría mirando el sol.
Y el aire todo es una como una melodía gélida pero una extensa, honda melodía bien compuesta y secreta y colmada de ramificaciones congeladas.
Y todo construido con columnas, y con una especie de aguada arquitectónica que une el vientre con la realidad.
La tela está ahuecada y estratificada.
La pintura está muy prensada a la tela.
Es como un círculo que se cierra sobre sí mismo, una suerte de abismo
en movimiento que se parte por el medio.
Es como un espíritu que se ve y se ahueca, está modelado y trabajado
sin cesar por las manos crispadas del espíritu.

Mientras tanto el espíritu siembra su fósforo. El espíritu está seguro. Tiene un pie bien apoya do en este mundo.
El vientre, los senos, la granada, son como evidencias testimoniales de la realidad. Hay un pájaro muerto y hay un abundante surgimiento de columnas.
El aire está plagado de golpes de lápices como de golpes de cuchillos, como de esquirlas de uña mágica.
El aire está suficientemente alterado.
Así donde germina una semilla de irrealidad se dispone en células.
Las células se colocan cada una en su lugar, en abanico, rodeando el vientre,
delante del sol más lejos del pájaro y sobre ese flujo de agua sulfurosa.
Pero la arquitectura que sostiene y no dice nada es indiferente a las células.
Cada célula contiene un huevo donde se destaca el germen.
Repentinamente nace un huevo en cada célula.
En cada uno hay un hormigueo inhumano pero límpido,
las diversificaciones de un universo detenido.
Cada célula contiene bien su huevo y nos lo ofrece; pero al huevo no le importa demasiado ser elegido o rechazado.
Algunas células no llevan huevo. En algunas crece una espiral.
Y en el aire cuelga una espiral más grande pero como azufrada, de fósforo todavía y cubierta de irrealidad.
Y esta espiral tiene toda la relevancia del pensamiento más potente.
El vientre lleva a recordar la cirugía y la Morgue, la bodega, la plaza pública y la mesa de operaciones.
El cuerpo del vientre parece tallado en granito o en mármol o en yeso, pero un yeso endurecido.
Hay un casillero para una montaña.
Las burbujas del cielo dibujan sobre la montaña
una aureola fresca y translúcida. Alrededor de la montaña el aire es sonoro, compasivo, antiguo, prohibido.
La entrada a la montaña está prohibida. La montaña tiene su lugar en el alma.
Ella es el horizonte de algo que no deja de retroceder.
Produce la impresión del horizonte infinito.
Y yo describo con lágrimas esta pintura porque esta pintura me toca el corazón.
En ella siento desplegarse mi pensamiento como en un espacio ideal, absoluto, pero un espacio que tendría una forma posible de ser insertada en la realidad.
Caigo en ella del cielo.
Y alguna de mis fibras se desata y encuentra un lugar en determinados casilleros.
A ella regreso como a mi fuente,
allí siento el lugar y la disposición de mi espíritu.
El que ha pintado esa tela es el más grande pintor del mundo.
A André Mason lo que es justo.

DESCRIPCIÓN DE UN CUADRO Heiner Müller

Un paisaje entre estepa y sabana: en el cielo azul prusiano flotan dos nubes gigantes que parecen sujetadas por esqueletos de alambre, construidos en todo caso en un estilo desconocido, la izquierda, de mayor tamaño, podría ser un muñeco inflable de un parque de atracciones que se hubiera soltado de su cuerda, o un fragmento de Antártida que volara de vuelta a casa, en el horizonte una línea de cumbres achatadas, a la derecha en el paisaje un árbol, si nos acercáramos veríamos que son tres árboles, de distinta altura, con forma de seta, tronco con tronco, quizá de una misma raíz, la casa en primer plano es más industrial que artesanal, probablemente de hormigón: una ventana, una puerta, el tejado oculto tras la fronda del árbol que está delante de la casa y la supera en altura, de una especie distinta al grupo de árboles del fondo, sus frutos parecen comestibles, o apropiados para envenenar invitados, un frutero de cristal sobre una mesa de jardín, la mitad todavía a la sombra de la copa del árbol, y en el que hay dispuestos seis o siete ejemplares del fruto semejante al limón, desde la posición de la mesa, cuyas patas cruzadas son troncos de abedul joven sin tallar, tosco ensayo de trabajo manual, se puede concluir que el sol, o lo que quiera que arroje luz sobre este lugar, está en el momento del cuadro en el cenit, quizás el SOL esté ahí siempre y HASTA LA ETERNIDAD: que el sol se mueva es algo que el cuadro no puede demostrar, también las nubes, si es que son nubes, parecen flotar en su posición, el esqueleto de alambre las sujeta a un tablón de un azul manchado denominado arbitrariamente CIELO, en la rama de un árbol hay un pájaro perchado, la fronda oculta su identidad, puede ser un buitre, o un pavo real, o un buitre con cabeza de pavo real, la mirada y el pico dirigidos hacia una mujer, que domina la mitad derecha del cuadro, su cabeza divide la línea de cumbres, su cara es suave, muy joven, la nariz larga en exceso, hinchada en el puente, quizá por un puñetazo, la mirada hacia el suelo, como si no pudiese olvidar una imagen y o no quisiera ver otra, el pelo largo y desgreñado, rubio o de un gris blanquecino, la luz intensa no permite la distinción, va vestida con un abrigo raído de pellejo cortado para hombros más anchos, sobre una camisa fina y rala, probablemente de lino, de la manga derecha demasiado ancha y algo deshilachada alza un frágil antebrazo una mano a la altura del corazón o bien del pecho izquierdo, un gesto de defensa o del lenguaje de los sordomudos, defensa ante un espanto conocido, la bofetada el empujón la puñalada se ha producido, el disparo ya ha impactado, la herida ya no sangra, la repetición acierta en el vacío donde el miedo no tiene lugar, la cara de la mujer se hace legible si la segunda suposición es cierta, una cara de rata, un ángel de los roedores, las mandíbulas muelen cadáveres de palabras y basura verbal, la manga izquierda del abrigo cuelga hecha jirones como después de un accidente o el ataque de algo que desgarra, animal o máquina, llama la atención que el brazo no haya sido herido, o son las manchas parduzcas en la manga sangre coagulada, el gesto de la mano derecha de dedos largos al servicio de un dolor en el hombro izquierdo, cuelga el brazo tan débil en la manga porque está roto, o paralizado por una herida profunda, el brazo está cortado a la altura de la mano por el borde del cuadro, la mano puede ser una zarpa, un muñón (quizá costroso de sangre) o un gancho, la mujer se yergue de la nada, amputada hasta las rodillas por el borde del cuadro, o acaso crezca desde el suelo como el hombre sale de la casa y desaparezca en el suelo como el hombre en la casa, hasta que el movimiento incesante comienza, que revienta el marco, el vuelo, el mecanismo impulsor de las raíces haciendo llover trozos de tierra y aguas subterráneas, visible entre mirada y mirada, cuando el ojo VISTO TODO se cierra parpadeando sobre el cuadro, entre el árbol y la mujer la única gran ventana abierta de par en par, la cortina ondea hacia fuera, la tempestad parece provenir de la casa, no hay rastro de viento en los árboles, o acaso atraiga la mujer a la tempestad, o la provoque con su aparición, tempestad que la ha estado esperando en las cenizas de la chimenea, qué o quién ha sido quemado, un niño, otra mujer, un amante, o acaso sean las cenizas en realidad sus propios restos, el cuerpo prestado del fondo de los cementerios, el hombre bajo el marco de la puerta, el pie derecho todavía en el umbral, el izquierdo ya fuera sobre el suelo terroso manchado de hierba, abrasado por un sol desconocido, extendido el brazo, en la mano derecha tiene preso con gesto de cazador, allí donde se quiebra el ala, un pájaro, la mano izquierda, provista de dedos muy largos y torcidos que aletean, acaricia el plumaje erizado por el miedo a la muerte, el pico del pájaro se abre en un grito inaudible para el observador, mudo también para el pájaro en el árbol, los pájaros no le interesan, el esqueleto de su congénere junto a la pared interior veteada de negro, visible a través del cuadro de la ventana, pero invisible desde su posición en el árbol, no le podría transmitir ningún mensaje, el hombre sonríe, su paso es animado, un paso de baile, imposible de precisar si habrá visto ya a la mujer, quizá sea ciego, su sonrisa la precaución del ciego, él ve con los pies, cada piedra con la que tropieza se ríe de él, o la sonrisa del asesino que va al trabajo, qué pasará junto a la mesa de patas cruzadas con el frutero lleno y con la copa de vino rota volcada en la que flotan todavía los restos de un líquido negro, que se extiende por la mesa y por el borde goteando hasta caer al suelo bajo la mesa formando un charco cada vez mayor, frente a ella la silla de respaldo alto tiene un particular: sus cuatro patas están atadas con un alambre a media altura como para evitar que se derrumbe, una segunda silla arrojada en el suelo detrás del árbol a la derecha, el respaldo partido, la protección de alambre apenas forma una Z, y no un cuadrado, quizás un intento anterior de sujeción, qué peso ha roto la silla y ha dejado la otra inestable, un asesinato quizá, o un coito salvaje, o los dos en uno, el hombre en la silla, la mujer sobre él, su miembro en su vagina, la mujer todavía cargada con el peso de la tierra del sepulcro del que consiguió salir para visitar al hombre, del agua subterránea que gotea de su abrigo de piel, su movimiento al principio un suave balanceo, luego cabalgando cada vez más fuerte, hasta que el orgasmo hunde la espalda del hombre contra el respaldo de la silla que cede con estruendo, la espalda de la mujer contra el borde de la mesa, volcando la copa de vino, el frutero cargado de fruta comienza a deslizarse, y cuando la mujer se precipita hacia adelante sus brazos se aferran al hombre, los de él bajo el abrigo se aferran a ella, él hinca sus dientes en su cuello, ella los hinca en el suyo, el frutero se detiene junto al borde cuando la mesa recobra su posición, o la mujer en la silla, el hombre de pie detrás de ella con las manos pulgar con pulgar alrededor de su cuello, primero como un juego, sólo se tocan los dedos por delante, y entonces, cuando la mujer se encrespa contra el respaldo de la silla, le clava las uñas en los músculos del brazo, se hinchan las venas del cuello y de la sien, la cabeza se llena de sangre, la cara se va tiñendo de rojo azulado, sus piernas al contraerse golpean el tablero de la mesa, la copa de vino se vuelca, el frutero comienza a deslizarse, cierra el estrangulador el círculo, pulgar con pulgar, dedo con dedo, hasta que las manos de la mujer caen de sus brazos y el sordo crujido de la laringe o de la vértebra cervical marca el final del trabajo, quizá ceda ahora el respaldo de la silla bajo el peso muerto otra vez, cuando el hombre retira las manos, o la mujer cae hacia adelante, con la cara rojo-azulada sobre la copa de vino, y desde allí el líquido oscuro, vino o sangre, busca su camino hacia el suelo, o acaso la sombra deshilvanada del cuello de la mujer bajo la barbilla sea producto de un corte de cuchillo, los hilos de sangre seca de la herida ancha como el cuello, negros con costra de sangre también los mechones a la derecha de la cara, la huella del asesino zurdo sobre el umbral de la puerta, su cuchillo escribe de derecha a izquierda, lo necesitará de nuevo, abulta la tela de su chaqueta, cuando de los fragmentos de cristal se recompone la copa rota y la mujer se acerca a la mesa sin cicatriz en el cuello, o será la mujer, el ángel sediento, que le abre al pájaro de un mordisco la garganta y vierte la sangre del cuello abierto en la copa, el alimento de los muertos, el cuchillo no es para el pájaro, la cara del hombre tiene el color del suelo hasta la altura de los ojos, la frente y la mano visible, la otra que lo sujeta oculta en el plumaje, son blancas como el papel, parece llevar guantes para el trabajo al aire libre, por qué no en el momento del cuadro, y algo parecido a un sombrero para protegerse del astro ardiente que ilumina el paisaje y hace palidecer sus colores, cuál puede ser su trabajo, además del asesinato quizá diario de la mujer resucitada quizá a diario, en este paisaje, sólo aparecen animales en forma de nubes, sin mano que los sujete, el pájaro en el árbol es la última reserva, un reclamo lo atrapa, de nada sirve arrancar la hierba, la quema el SOL, quizá una multitud de SOLES, las frutas del árbol del pájaro se recogen rápidamente, acaso los dedos temblorosos del estrangulador han tejido la red de alambre alrededor de la línea de cumbres achatadas, de la que sólo sobresale aún no protegida una cima blanca como el papel, protección ante el desprendimiento de piedras provocado por los paseos de los muertos en el interior de la tierra, que son el pulso secreto del planeta al que se refiere el cuadro, protección quizá con perspectiva de duración, cuando el crecimiento de los cementerios haya alcanzado su límite con el pequeño peso del presunto asesino en el umbral, del pájaro del árbol rápidamente digerido, la pared guarda un sitio para su esqueleto, o el movimiento se invierte, cuando todos los muertos se reúnan, el tumulto de los sepulcros la tempestad de la resurrección que expulsa las serpientes de la montaña, es la mujer de mirada enigmática y la boca como una ventosa una MATA-HARI del inframundo, enviada que explora el terreno sobre el que dicen tendrá lugar la Gran Maniobra que revestirá de carne los huesos famélicos, la carne de piel, atravesada por venas que beben la sangre que procede del suelo, el regreso a casa de las vísceras desde la nada, o está el ángel hueco bajo el vestido, porque el banco de carne que se va reduciendo bajo el suelo no tiene más cadáveres que entregar, un DEDO MALVADO que los muertos levantan al viento contra la policía del cielo, precursora y ESPOSA DEL VIENTO, que les quita el viento en la carne a los enemigos naturales de la resurrección, el viento que habitan, sopla como tempestad y cae en la trampa, la flecha de la cortina señala a la mujer, también el asesino quizá sólo un muerto de servicio, la destrucción de los pájaros su tarea (secreta), el paso de baile realizado con dejadez indica que el trabajo finalizará pronto, quizá la mujer ya esté de vuelta en el suelo, preñada de tempestad, del semen del renacimiento de la explosión de esqueletos, huesos y esquirlas y tuétano, la provisión de viento marca la separación entre las partes, de las que quizá, cuando el aire de la respiración se haya asentado, el terremoto las reviente a través de la piel del planeta, se reúna TODO, el apareamiento de la estrella por sus muertos, la primera señal las nubes con su esqueleto de alambre, en realidad compuesto de nervios que preceden al hueso, o bien de telarañas de tuétano, como el trenzado sin raíces visibles que trepa por el bungalow y ha ocupado ya el espacio interior hasta el techo, o la maraña de alambre de las sillas, o la red que clava la línea de cumbres al suelo, o todo es distinto, la red de acero el capricho de un rotulador descuidado que le niega plasticidad a la montaña con un rayado mal hecho, quizá la arbitrariedad de la composición siga un plan, el árbol sobre un tablero, las raíces cortadas, acaso son los otros árboles al fondo setas de tallo especialmente largo, plantas de una zona climática que no conoce árboles, cómo ha llegado el bloque de hormigón al paisaje, no hay huella de transporte o vehículo, TE HE DICHO QUE NO DEBES VOLVER LO MUERTO ESTÁ MUERTO, ni huella de arrastre, acaso empujado a patadas desde el suelo, caído del CIELO, o dejado caer desde el aire sólo respirable por los muertos mediante una garra mecánica movida desde un punto fijo en el arriba llamado CIELO, es la línea de cumbres una pieza de museo, préstamo de una sala de exposiciones subterránea en la que se guardan las montañas porque en su lugar natural impiden el vuelo bajo de los ángeles, el cuadro una disposición experimental, la crudeza del boceto una expresión de desprecio hacia los animales de laboratorio hombre, pájaro, mujer, la bomba de sangre del asesinato diario, hombre contra pájaro y mujer, mujer contra pájaro y hombre, pájaro contra mujer y hombre, que suministra combustible al planeta, sangre la tinta que inscribe de colores su vida de papel, también su cielo amenazado de anemia por la resurrección de la carne, se busca: el hueco en el proceso, lo otro en el retorno de lo igual, el balbuceo en el texto mudo, el agujero en la eternidad, el ERROR quizá redentor: la mirada distraída del asesino cuando examina el cuello de la víctima sobre la silla con las manos, con el filo del cuchillo, sobre el pájaro en el árbol, en el vacío del paisaje, titubeo antes de la incisión, los ojos que se cierran ante el chorro de sangre, la risa de la mujer que afloja en lo que dura una mirada la garra del estrangulador, hace temblar la mano con el cuchillo, vuelo en picado del pájaro atraído por el destello del filo, aterrizaje sobre la bóveda craneal del hombre, dos picotazos a la derecha y a la izquierda, vahído y chillido del ciego salpicando sangre en el torbellino de la tempestad que busca a la mujer, miedo a que el error ocurra durante el parpadeo, a que la hendidura del ojo se abra en el instante entre mirada y mirada, la esperanza vive sobre el filo de un cuchillo que gira más rápido con atención creciente que deviene cansancio, el relámpago de la inseguridad en la certidumbre de lo terrible: el ASESINATO es un intercambio de sexos, EXTRAÑO EN EL PROPIO CUERPO, el cuchillo es la herida, la nuca el hacha, acaso la ausencia de vigilancia es parte del plan, a qué aparato está sujeta la lente que extrae los colores del cuadro, en qué cuenca ocular se despliega la retina, quién O QUÉ pregunta por el cuadro, VIVIR EN EL ESPEJO, es el hombre del paso de baile YO, mi tumba su cara, YO la mujer de la herida en el cuello, a la derecha y a la izquierda en sus manos el pájaro despedazado, sangre en la boca, YO el pájaro, que le muestra al asesino con la escritura de su pico el camino hacia la noche, YO la tempestad congelada.

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BILDBESCHREIBUNG (Descripción de un Cuadro) puede leerse como un sobrepintado de la ALCESTIS, que cita la obra NO KUMASAKA, el 11º canto de la ODISEA, los PÁJAROS de Hitchcock y la TEMPESTAD de Shakespeare. El texto describe un paisaje más allá de la muerte.

La acción es a voluntad, pues sus consecuencias son ya pasado, explosión de una memoria en una estructura dramática extinta.

viernes, 6 de junio de 2008

PERIFERICO DE OBJETOS

Alfonso de Toro
Ibero-Amerikanisches Forschungsseminar
Universität Leipzig
El periférico de objetos II: Prácticas de ‘corporalización’ y ‘descorporalización’
Introducción
El grupo “Periférico de objetos” (‘PO’) representa una de las expresiones artísticas más
sobresalientes en el contexto del teatral internacional y latinoamericano a raíz de una
propuesta renovadora y única con respecto a los conceptos actuales de ‘teatralidad’, ‘cuerpo’,
‘espacio’, ‘representación’ que son punto central tanto en el debate académico como en las
practicas espectaculares. El teatro se presenta como materialidad “plástica” en una interacción
entre muñecos y agentes (“actores”) que son punto de arranque de una reconceptualización de
las categorías ‘actor’ ‘sujeto’ y ‘mimesis’ y con ello comienzan los problemas de recepción
para el público y terminológicos y teóricos para cualquier crítico ya que los trabajos de (‘PO’)
se encuentran al límite y más allá de los instrumentos de descripción actual. ‘PO’ tiene como
tema no tan sólo fenómenos actuales de nuestra sociedad y del individuo, sino que su tema
principal es el teatro mismo, de allí que una de sus características fundamentales es la
‘metateatralidad’. Con lo expuesto, ‘PO’ no tan sólo renueva el ámbito tradicional llamado
‘teatral, sino que obliga a las ciencias del teatro a repensar sus categorías y métodos de
análisis.
Habiendo ya tratado el aspecto teórico, poetológico y estético de ‘PO’ en el número ... de
Gestos se concentra este trabajo en el análisis e interpretación de sus obras desde Ubu Roi
hasta Suicidio/Apócrifo 1.
1. Ubu Rey
En Ubu Rey (1990) de ‘PO’ se representa por primera vez en un espacio periférico
underground de Buenos Aires con el nombre de “El Parakultural”. Tenemos los muñecos
artificiales y amputados, la mesa como duplicidad descentrada del estrado con su respectivo
paño negro que la cubre, los “manipuladores” (no más titiriteros) vestidos también de negro,
usando guantes y en algunos casos capuchones como método “neutralizador”. La escena tan
sólo cita los elementos del teatro guiñol pero no los usa, los manipuladores ponen al
descubierto el mecanismo de ilusión de duplicación proliferante: en el teatro de títeres, la
evidente artificialidad del muñeco con voz de ser humano, la mimesis y su ruptura por el
quiebre entre la materialidad del muñeco muerto, la voz del titiritero y la cita del guiñol sobre
la base de un pseudo-muñeco y el descubrimiento del titiritero que se transforma en
manipulador. El espacio mágico y mítico, encubierto, productor de ilusión del guiñol, se
desnuda por la iluminación, por la toma y deja de los muñecos hasta su destrucción. Pero con
la caída de la máscara ilusionista se destruye también el actor, la mimesis. Igualmente la
impasibilidad, la imperturbabilidad, la indiferencia, la mirada siniestra, el silencio, las
acciones y gestos artificiales y de robot se conjugan ya aquí como un signo marcador, como
un código constitutivo de ‘PO’.
2. Variaciones sobre B...
Variaciones sobre B... de 1991 está relacionado con Beckett. Asimismo amplía el modelo
Beckettiano y el modelo titiritero prestándose como modelo espectacular para las vanguardias
(también para Pavlovsky). Variaciones sobre B... está organizado en dos partes: un primer
segmento se da en la profunda y cruel transformación del titiritero, del inocente manipulador y
productor de mimesis en una especie de cirujano o científico de la muerte. Llevan marcadas
2
ropas negras y barbitas de pera. Los muñecos son los objetos torturados, operados,
despedazados, maltratados. Se comienza ese proceso ya descrito más arriba de la
‘desantropomorfización’, especialmente del manipulador de la muerte, del actor, pero también
del muñeco que ya por su estructura destripada se ha ‘autodesantropomorfizado’.
En el segundo segmento se enlaza el espectáculo con las obras de Beckett, en particular
con En attendant Godot y con Fin de Parti, asimismo con su segunda y tercera novelas
Murphy (1938) y Watt (1953). Todo el ambiente es de una gran carencia. Dos actores toman
los papeles de una especie de Vladimir y Stragon, o Hamm y Clove; son dos manipuladores
ciegos que narran una historia de amor y constituyen el marco interno del espectáculo. Luego,
otros dos personajes son representados por dos muñecas antiguas de porcelana cuya relación
oscila entre seducción y cercanía, despecho y rechazo realizando luego una unión precaria y
extraña y actos violentos de rechazo –como se vuelve a ver en Monteverdi método bélico. La
ceguera de los narradores-manipuladores hacen el espectáculo aún más extraño, siniestro y
alienante ya que no tienen el control de los límites corporales de sus acciones. Variaciones
sobre B... comparte con los personajes de las obras de Beckett el autismo, la falta de una
lógica cartesiana y teleológica, las infinitas repeticiones, la circularidad del espectáculo que
estaba ya tan marcado en En attendant Godot; la degradación del sujeto como se da en Nagg
y Nell en Fin de Partie; la incomunicación y la claustrofobia de Hamm y Clov; la eliminación
de la dimensión espacio-temporal en la misma obra de Beckett y tan típica también en la obra
de Pavlovsky. La antimimesis que Beckett resuelve a través de una entpragmatización del
lenguaje y de la desituacionalidad de las acciones, ‘PO’ la realiza en Variaciones sobre B... a
través de los movimientos manipuladores y de la relación entre muñecos y agentes, de la
‘desantropomorfización’ y de la creciente prótesis. Es el primer paso que da ‘PO’ hacia la
descentración del sujeto y hacia la pérdida de identidad, hacia la sobredimensionalidad de los
objetos que adquieren su propia vida y función, independiente de sujetos o antisujetos.
3. El hombre de arena
El hombre de arena de 1992, como ya se dijo, recurre a la narración de E. T. A. Hoffmann
que aparece en el año 1816 en la primera parte del ciclo Nachtstücke. La historia es
archiconocida: el estudiante Nathanael cree reconocer en Wetterglashändler Coppola al
demoníaco abogado Coppelius1 a quien le atribuye la culpa de la muerte de su padre y cree
reconocer al hombre de arena, cuyos ojos son verdes como los de un gato y echa arena en los
ojos de los niños que no quieren dormirse después de la narración de la historia, ojos que
luego le salen llenos de sangre por la cabeza. Coppelius representa el principio del mal que
amenaza la destrucción de su amor con su novia Clara. Nathanael compra un anteojo de larga
vista con el cual descubre a Olimpia, el muñeco mecánico de su profesor de física que lo
fascina hasta el punto de hacerle olvidar a su novia. Nathanael descubre la verdadera
identidad de Coppola en una disputa con Spalanzani y a la vez descubre que Olimpia es un
muñeco muerto y se vuelve loco. Clara lo cuida hasta que sana. Pero Nathanael mira
nuevamente en la cima de una torre por el anteojo y ve a Olimpia lo cual le hace recaer en su
locura. Trata de tirar a Clara de la torre, mas él mismo cae y aterriza allí donde se encuentra
Coppelius y un grupo de gente.
Esta historia se incluye en el género de lo fantástico, se ha interpretado como la de un
psicópata que padece de paranoia. Pero también el problema de la capacidad de
discernimiento y de distinción entre engaño y desengaño, entre lo verdadero y la ilusión y el
problema de la identidad –que se le traspasa a Olimpia y que no es otra cosa que la
proyección narcisista de Nathanael al muñeco– son temas centrales. Pero Freud interpreta en
su ensayo Das Unheimliche (1919) el terror a la pérdida de los ojos como un acto de
sustitución de la castración. Mas la preocupación de ‘PO’ no es lo psicoanalítico o la
1 Coppelius-Coppola (ital. coppo: “cuenca de los ojos”).
3
castración como fenómeno antropológico, sino mas bien el fenómeno de lo siniestro, del
anonimato, de la violencia, de la omnipotencia, de la perversión de la relaciones humanas, de
su más completa alienación. En El hombre de arena, constituido por fragmentos escénicos sin
conexión causal diegética alguna y separados por apagones totales de escena –como en todos
los otros trabajos–, los muñecos se sitúan sobre una especie de fosa común elevada. Ésta es
una urna llena de tierra sobre la cual se encuentra otra urna funeraria, al comienzo, también
cubierta de tierra. La escenografía oscura e iluminada escasamente, en algunos momentos con
velas, es como la de un funeral en algún cementerio. Los manipuladores, cuatro personajes
que insinúan cuatro viudas, llevan ropas de luto con un sombrero anticuado con un velo. Las
escenas se suceden unas a otras y están determinadas por el ritmo del entierro y desentierro de
los muñecos. A los costados extremos de la tumba se hayan dos niños y dos niñas que hacen
el amor en forma violenta. La relación de los manipuladores con los muñecos se va perfilando
a través del espectáculo, uno de los manipuladores chupa violentamente la boca de un muñeco
y es separado por los otros manipuladores con igual violencia. Cada manipulador está
encargado de un muñeco.
Tenemos, en un comienzo, una suave manipulación objetal. Los manipuladores tratan a
sus muñecos con cariño, de pronto uno estrangula con una cuerda a una muñeca más pequeña.
Un muñeco es sacado a pasear en una silla de ruedas y el ir y venir de la silla va aumentado en
un crescendo hasta tirar al muñeco al suelo. Un quinto muñeco, con cara de viejo (y que
aparece también en Monteverdi método bélico) hace las veces de espectador
(Coppelius/Coppola), aparece de vez en cuando como para ver si todas las torturas están en
orden. Las acciones de violencia, de hurgar y succionar la boca de los muñecos, actos
sexuales y el desenterrar y enterrar cada vez más violentamente y veloz, se van repitiendo,
variando, proliferándose hasta el paroxismo. Uno de los muñecos cava su propia fosa, otro
muñeco es arrojado violentamente “vivo” a una fosa, se rebela, trata de salir, de escapar, pero
dos manipuladores se le van en cima y lo entierran vivo golpeándolo con una pala. Luego,
uno de los manipuladores siente algo de piedad y el otro lo ahoga en la misma tierra de la fosa
donde han asesinado al muñeco.
Esta propuesta es altamente política, sin embargo, no expone un referente explícito.
Evoca los desaparecidos, los enterrados en fosas comunes, todos los desaparecidos en las
dictaduras no tan sólo argentinas, sino chilenas u otras y, no obstante, no toma partido ni
asume una militancia o ideología. Tenemos una estética con un resultado político, pero no de
intención política y así se evita la usurpación del teatro como artefacto para un teatro de
ideología o de tesis. Ese desenterrar y enterrar revela una constante inquietud, un proceso no
finito, de preguntas sin respuestas.
Los muñecos producen una duplicación de la tarea de los manipuladores, ellos mismos
toman el papel del manipulador con respecto a los otros muñecos y se tratan con igual
brutalidad. De tal forma, el manipulador original va quedando relegado y casi inadvertido. La
escena y los movimientos se van desarrollando a través de una iteración rizomática y
proliferanete de ‘desmaterialización’ y ‘materialización corporal’ o ‘descorprorización’/
‘corprorización’); lo plástico, el material comienza a imponerse como imagen. La mediación
entre material e imagen se impone y así se evita constantemente una relación realista,
alegórica o de otro tipo. Lo que se ve es lo que se está tramando en ese momento en que se ve
lo tramado. La irrealidad, o más bien la hiperrealidad de lo expuesto consiste en que no hay
representación de la muerte de los muñecos, sino presentación de la muerte misma. La
hiperrealidad se sitúa además en ese intersticio ambivalente entre muñeco inanimado –y a la
vez muñeco real– y una materialidad allí existente, altamente mecánica e iterativa.
Cámara Gesell está relacionada, al menos por medio del nombre, con Arnold Gesell (1880-
1961) que fuera psicólogo y pediatra norteamericano y cuya principal área de investigación
fue la observación del desarrollo infantil tanto mental como físico desde el nacimiento hasta
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la pubertad. Otro aspecto que Gesell introdujo fue el uso de la fotografía y la observación
basándose en el “one-way mirrors as research tools”. La Cámara Gesell es un espacio cerrado
en el cual se encuentra el niño observado por un lado donde hay un espejo.
El observado en Cámara Gesell es Tomás, representado alternativamente por Laura
Yúsem y un muñeco. Luego hay tres manipuladores vestidos de negro como médicos con una
gorra que les cubre todo el cabello; dos muñecos hombres, una muñeca algo más pequeña y
otra con el nombre “Amanda”. La escena es una especie de tablero de ajedrez debajo del cual
se encuentra un espacio subterráneo con varias puertas de salida. Tenemos una superposición
de cámaras Gesell: por una parte el espacio espectacular es la cámara desde donde observa el
público; seguidamente, el sillón en medio del espació insinuando otra cámara y un tercer
espacio que es el tablero de ajedrez con su construcción interior como tercera cámara Gesell.
Otra formación de la escena se establece por un sillón indefinible, una especie de sillón
eléctrico o de dentista, pero con caracteres de un simple sillón de sala de estar burguesa, que
posteriormente se reemplaza por una celda de prisión con una cama de operación y de tortura.
El sillón inicia y cierra el espectáculo.
El espacio espectacular de Cámara Gesell es una deformación infernal de una caja de
muñecas sobredimensional, como un aparato fotográfico con diversas cámaras internas. El
piso representa trampas, cámaras de torturas, otras cámaras Gesell, cuartos de interrogatorio,
residencia de monstruos, proliferación y prolongación del espacio espectacular. Una voz –la
de la autoridad del científico– narra, explica, reflexiona sobre la escena, describe movimientos
y desplazamientos (como en Potestad o en Porotos de Pavlovsky); tiene una función
metateatral:
Llamemos Tomás al sujeto apto para desear. Veamos por un instante esta cálida
imagen del núcleo familiar. [...] Su madre primera es a quién tocaría con extender
la mano derecha hacia adelante. Si quisiera tocar a su padre primero, en cambio,
tendría que desplazar la mano izquierda hacia el costado [...]. A su hermano, si
estuviese en la escena, lo tocaría [...]. (Video)
La voz induce y lleva al espectador primeramente a tomar en cuenta la forma como se va
construyendo el espectáculo, pero el texto carece, por otra parte, de didascalias (como en
prácticamente en todos los textos de ‘PO’) dejando así la posibilidad de un texto como
cartografía rizomática. Esta voz en off se encuentra en tensión con la imagen espectacular con
la cual corre en parte paralelamente, pero a veces el discurso y el tono de la voz (manso,
tranquilo e inofensivo) contradicen las acciones violentas en escena. El tono científico y
reposado de la voz apacigua las monstruosidades espectaculares.
Tomás está rodeado de objetos, ha perdido a sus padres “primeros” y encuentra padres
“segundos” (adoptivos) y un hermano “segundo”. La “nueva familia”, el “nuevo hogar” se
comienza a transformar en un lugar de terror, en un “micro-fascismo-cotidiano-burgués”. Las
primeras violencias las recibe de su hermano quien en vez de rasurarle la barba le da una serie
de puñaladas en el rostro. La familia comienza a desplegar una enorme agresividad, los
muñecos se avalancha sobre una torta de cumpleaños que termina en una pugna colectiva
potenciada por la aparición de Amanda que el padre recoge de la calle y que reemplaza a la
madre. Este nuevo personaje del deseo de Tomás y de su padre será luego causa de discordia.
Tomás experimenta la nueva familia como una maldición y la envenena en una ceremonia de
té; es tomado preso y sometido a un interrogatorio. Ahora los manipuladores experimentan
una doble transformación, por una parte Tomás reconoce en ellos a los padres segundos y, en
una especie de dentistas, a sus torturadores. La Cámara de Gesell se transforma también en un
lugar del terror. En el oficial de la prisión Tomás reconoce a Amanda, su gran amor, también
como uno de los torturadores. La tortura se realiza en oscuro y con música de Tango
distorsionada, de cuando en cuando se escucha la voz de Gardel. Luego pasa vertiginosamente
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una serie de imágenes y en los padres segundos Tomás reconoce a los primeros y el terror
vuelve al contexto de una aparente familia pacífica. Al final el sillón se queda vacío en el
centro de la cámara.
Cámara Gesell se puede leer psicoanalíticamente como una situación basada en la esquizofrenia
de un niño que quiere ir a otra familia y que cae en el delirio del rapto o la angustia
del rapto (la castración); es un niño que busca lo Heimlich o lo Heimisch y cae en lo
Unheimlich, en lo fantástico del terror. Sin embargo, también se puede leer como el rapto del
servicio secreto de la policía argentina de los niños huérfanos de padres “terroristas” que son
entregados a la adopción de miembros de ese mismo servicio y que desde hace algunos años
comienzan a saber que sus padres no son los de sangre, sino adoptivos y que eran parte del
sistema represivo y sanguinario de Videla y sus sucesores. Igualmente puede leerse como el
abandono por parte de los padres adoptivos, comenzando así una nueva búsqueda sin sentido
y sin fin, lo que corresponde a la sintaxis fragmentada y non-causal de la diegesis espectacular
en aproximadamente diez secuencias. De esta forma, la búsqueda de los padres, que jamás
encontrará, es una búsqueda de sí mismo y de su yo. Los crímenes perpetuados por el sistema
son posteriormente perpetuados por el mismo Tomás. Así, lo Unheimlich se va apoderando de
todo el espectáculo. Los pasos de una secuencia a la otra están marcados por los apagones de
luz que son correlativos a las escenas de aparente paz familiar y crueldad, obscenidad y
violencia, como en El hombre de arena donde las secuencias se suceden en un ritmo de
entierro y desentierro. La muerte y la resurrección, la familia y la ‘desfamiliarización’, lo
Heimlich/Heimisch y lo Unheimlich se descubren como una cruel lógica iterativa, como una
fractura diseminante. En un nivel general tenemos el estado como macroestructura fascista y
en un micronivel, el seno familiar. Veronese habla en este contexto de una “poética de lo
mínimo”, de una “poética de la sustracción”, de la “perversión” (charla día 23), como estética
de lo social y como estética espectacular, la sustracción humana y objetal, la alieneación
absoluta, apocalíptica. Tenemos, pues, una poética de la síntesis, de lo mínimo, de lo que no
tiene representatividad inmediata en nuestra vida cotidiana. De la perversión. Poética de lo
sustraído. Un niño es sustraído de su casa. El mundo tal cual lo pensamos o deseamos es
sustraído continuamente de la experiencia de este niño. La sustracción no sólo como eje
político-temático sino como eje del trabajo periférico, del trabajo con los objetos. Otro nivel
de identidad con los objetos. La sustracción también como un elemento presente en la poética
del objeto. Objeto sustraído de vida, de miembros, de cabeza, de identidad.
No todos los “actores” son manipuladores. Así, una actriz ya adulta tiene el papel del
niño Tomás, con lo cual se ‘desantropomorfizan’ ambas figuras a raíz de la diferencia de edad
y sexo. Tenemos en la caso de la “actriz” un proceso inverso al hasta aquí expuesto que
consistía no en una mimesis premeditada de antropomorfización del muñeco por medio del
manipulador, pero sí al menos por una medialidad física a través del contacto corporal, objetal
entre ambos. Ahora la “actriz” de desplaza robóticamente, se ‘desantropomorfiza’ sin
convertirse en un muñeco, se pliega y repliega entre subjetividad y ‘objetalidad’.
Máquina Hamlet de Heiner Müller es puesta en escena por ‘PO’ en 1995 con un texto que se
atiene textualmente al de Heiner Müller. Espectáculo y texto coinciden en su organización
fragmentaria y alógica, articulada con cinco apagones de escena que corresponden a los
títulos de los fragmentos en el interior del texto: “Album de familia”, “La Europa de la
mujer”, “Scherzo”, “Peste en Buda batalla por Groenlandia” y “Feroz espera /en la terrible
armadura / milenios”. Mientras una voz en off inicia el espectáculo “Yo fui Hamlet [...]”
(manuscrito), los manipuladores y grandes muñecos de aparente silueta de hombres se
instalan en línea, son una especie de malograda antropomorfización. Se percibe la orilla, la
periferia del abismo: una tensión pulsional entre la similitud y la diferencia, entre maniquí y
manipulador que es aún más fuerte que aquella entre muñeco y manipulador. Esta tensión
ilustra lo que entendemos bajo ‘corporalización’ y ‘descorporalización’.
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Mientras los muñecos están sentados alrededor de una mesa, los manipuladores se
encuentran parados en fila frente a un muro. Uno bastante anciano (¿Hamlet? o ¿el padre?)
está sentado frente a un ataúd o algo similar. Otro manipulador tira un ataúd en miniatura o
caja sobre una mesa tapizada de rojo para luego posicionarse detrás del anciano mencionado.
Los manipuladores manejan dos muñecos; uno es el padre de Hamlet quien después de beber
algo se acuesta a dormir y su mujer, Gertrudis, lo asesina vaciándole veneno en la oreja. El
muñeco-padre de Hamlet muere con contorsiones espásticas. Allí irrumpe el texto “Aquí llega
el fantasma que me fabricó [...]” (manuscrito). Hamlet muñeco pone en movimiento escénico
el texto anterior: “Paré la marcha fúnebre, clavé mi espada en el féretro, se rompió la cuchilla,
con la punta rota abrí el ataúd y repartí al progenitor muerto” (Ibíd..). Hamlet mata a Claudio
y a su madre clavándole la espada en la vagina, satisfaciendo así sus tendencias eróticoincestuosas.
La espada funciona como sustituto del falo y de los deseos no realizados: “Mi
madre la novia [...] su regazo la fosa de serpientes. [...] Ahora te cojo a ti, mi madre [...]”
(Ibíd..). Luego, los seis muñecos grandes son retirados uno a uno y se les depone frente al
muro. Después de un segundo apagón (“La Europa de la mujer”) vemos a Ofelia en medio del
espacio espectacular de rodillas en una especie de jaula o vitrina de burdel, vestida de rojo,
con un velo negro, con labios rojos, con anteojos y cigarrillo. Los actores con máscaras de
ratas gigantes la circundan como una presa deseada, la huelen y mugen de deseo. Luego de
encender un cigarrillo exprime un monologo “Yo soy Ofelia. La que el río no retuvo. La
mujer con la soga al cuello. La mujer con las venas rotas. La mujer de la sobredosis” (Ibíd.) y
ésta se tortura con el cigarrillo, se lo hunde en la palma de la mano derecha. Su vestimenta
ofrece una Ofelia, emancipada, rebelada, moderna y subversiva frente a la hipocresía de su
vida en la corte. Posteriormente al tercer apagón (“Scherzo”), un manipulador con cabeza de
rata gigante transporta figuras de la pared al centro donde hay una mesa rectangular roja, el
espacio casi oscuro. Los muñecos antropomórficos están sentados en mesas individuales en
formación de media luna alrededor de la mesa roja central donde hay un cubo rojo en medio.
Ahora Ofelia se encuentra fuera de su jaula-vitrina con una máscara de rata y se acerca a un
muñeco cuya identidad es indefinible. Seguidamente viene un maniquí que se supone que
representa a Hamlet y danza con una muñeca automática de la cual sale una música como la
de las muñecas en relojes, una nueva Olimpia. Ambos son parte de un show, el público (los
manipuladores) aplaude. Se trata de un danza de iniciación, luego cada manipulador con
máscara de rata gigante toma su muñeca (todos con vestidos largos de baile de ópera). A esta
danza grotesca le sucede Hamlet vestido de mujer acompañado con una voz en off: “Quiero
ser una mujer” (manuscrito). Después del cuarto apagón (“Peste en Buda batalla por
Groenlandia”), un muñeco, un viejo (Hamlet), es maltratado con una pistola y una voz en off
suena: “Yo no soy Hamlet. Ya no represento ningún papel. Mis palabras ya no me dicen nada.
Mi pensamiento se chupa la sangre de las imágenes. Mi drama ya no tendrá lugar” [...] Yo no
juego más. (Ibíd.). El texto prefigura tanto los últimos meses de la ex-República Democrática
Alemana (RDA) y la época después de la unificación como la dictadura y postdictadura de la
Argentina. Estas referencias se manifiestan como subtextos ‘presentacionales’ y no como
puentes ideológicos para un mensaje político preconcebido.
Después de un semiapagón, que también se puede interpretar como un intervalo
provocado por el uso excesivo de energía eléctrica durante las torturas con sillas eléctricas o
instrumentos eléctricos, dos manipuladores descuartizan el esqueleto de un muñeco y cuelgan
sus diversos miembros. En seguida del cuarto apagón (“Feroz espera /en la terrible
armadura/milenios”), Ofelia aparece en silla de ruedas sentada con un metrónomo. A su
costado sobre una mesa, dos manipuladores abren un baúl o caja de vendedor de instrumentos
químicos donde se encuentran dos filas de muñecos: una arriba, que son muñecos algo más
grandes sin cabeza; abajo, sentados, se encuentran muñecos mucho más pequeños con todos
sus miembros y son atacados por los descabezados. El espacio de esta urna está organizado
como un altar de sacrificios. Los muñecos descabezados son descuartizados uno a uno por los
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manipuladores y una campanilla de bicicleta marca los descensos. Luego se cierra la urna y se
le prende fuego.
El fenómeno estructural de la represión y de la tortura, de la corrupción, de la intriga e
hipocresía que se encuentra en el texto, especialmente en el subtexto de la obra de
Shakespeare y de Heiner Müller, se conecta con su momento histórico contemporáneo y se
lleva –a través de una radical descentración del lenguaje y del sujeto, de un discurso y sujeto
de corte racionalista, al cual Hamlet se opone con su discurso, con su subtexto y su actuar
subterráneo a través de una magistral deconstrucción de una diegesis lógica– de la acción
teleológica a una total revelación de los sistemas de manipulación político, social y
económico. ‘PO’, por su parte, escenifica en la estética de lo periférico-inquietante-siniestro y
de la iteración, a través de la ‘descorporización’ el horror de una realidad que se ha
descastado. Pone de manifiesto la profunda contradicción de los individuos y el caos: a
Hamlet no como el héroe clásico, enfermo y como víctima de su ética, sino como el Hamlet
potencialmente criminal, incestuoso, voluptuoso, que habla y saca a luz estas contradicciones,
como Pavlovsky lo realiza en Potestad o Paso de dos. La ‘Máquina’ Hamlet es transformada
en la maquinación/manipulación de los muñecos, en la materialización de los muñecos como
objetos y en la iteración gestual maquinaria de los manipuladores. La materialización/
‘desmaterialización’ corporal se presenta aquí en Hamlet, e igualmente en Monteverdi método
bélico, como una tematización del deseo animal, de los deseos desatados, del deseo como
fenómeno motor del actuar humano, en forma parecida a como nos lo presenta Koltès en La
solitude de champs de cotons y en Roberto Zucco.
Dijimos más arriba que la estética de ‘PO’ conlleva siempre un fuerte elemento de
metaespectacularidad en el sentido de una “estética-menor-periférica-subversiva”. Esta
metaespectacularidad en Máquina Hamlet es particularmente intensa ya que se trata de una de
las tragedias clásicas más divulgadas en el mundo. Así, el público se ve totalmente
descolocado frente al espectáculo y esto en forma duplicada: por una parte a través del trabajo
de deconstrucción de Heiner Müller y por otra por el trabajo manipulador-muñequero de
‘PO’. Al público no le queda otra alternativa que preguntarse dónde quedó el Hamlet de
Shakespeare y qué es lo que ‘PO’ persigue con esta puesta en escena. Es evidente que ‘PO’
rompe con todo tipo de esquemas, tanto poetológico-genéricos como con aquellos relativos al
texto dramático y texto espectacular, haciéndose evidente que la espectacularidad es un acto
autónomo de creación, un acto presentacional o figurativo en el sentido de Barthes (1973). El
placer y el deseo espectacular, de la materia teatral y de la deconstrucción, y lo canónico
forman una espectacularidad como búsqueda. Se trata de “máquinas asesinas o escénicas,
prolongaciones de órganos materiales y antropomórficos, agregados al actor que era su
propietario y su víctima trágica”. Estos procedimientos de materialización plástica reemplazan
la “retórica teatral”, la teatralidad tradicional mimética/representacional por una
antimimética/presentacional: “No había representatividad en esos sucesos que permitieran al
público comprender y tranquilizarse“(Veronese, charla día 23.) situando lo presentado en “un
submundo que preexiste al teatro” o está más allá del teatro: en al hiperrealidad:
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© Alfonso de Toro y PO: Máquina Hamlet
La frase mencionada más arriba “Yo fui Hamlet [...] Yo no soy Hamlet” expresa también el
carácter presentacional o figurativo del espectáculo Müller/‘PO’, esto es, la claudicación de
lo mimético que no es jamás –y además nunca lo fue como lo formulaba Artaud en su crítica
contra las chef d’oeuvres– un modelo de explicación moralizante y psicologizante. Las
palabras de Hamlet tienen una doble metaespectacularidad en cuanto formulan al intención
estética del productor y del receptor, el ímpetus conmovedor de teatro antireferencial y antiidentificatorio,
como teatro del significante (o como teatro de instalaciones como he
caracterizado incipientemente el espectáculo Carlos W. Sáenz (1956- ) de Alejandro
Tantanián). La imposibilidad de abarcar la realidad a través de la mimesis –como ya lo
formulaban Artaud y Borges– se hace patética en la modernidad y se establece como
paradigma en la postmodernidad.
4. Circo Negro
Circo Negro del año 1966 está organizado en diez segmentos autónomos pero con ciertos
elementos en común. Como en todos los trabajos de ‘PO’, se caracteriza por el recurso a una
ironía y a un humor negro (gothic irony/humour) y por una metaespectacularidad que tiene
como objeto el género circense mismo. En esta obra –que es una especie de consolidación
paradigmática del trabajo poetológico, teórico y práctico de ‘PO’–el gran tema es
manifiestamente la premeditada reflexión sobre el empleo de los muñecos para la
‘presentación’ de la muerte y no su representación alegórica o metafórica y, por eso,
mimética. Los muñecos mueren de hecho, ya están muertos antes de su presencia en escena.
Un actor siempre será como el término ‘actor’ lo indica, una instancia duplicada, alegórica y
metafórica, siempre deberá representar y esa es su maldición e imposibilidad de presentar la
muerte. La metaespectacularidad se da, por ejemplo, en el tercer segmento donde dos agentes
dialogan, reflexionan sobre los muñecos y gesticulan con ellos. El muñeco, en esta escena de
pequeño tamaño, se pone de cabeza sobre su propia frente y dice, con las típicas muecas
petrificadas que caracterizan a todos los agentes de ‘PO’:
Una muñeca de circo, de cabellos dorados.
Cuando se para sobre la cabeza del hombre, ella piensa: Algún día me caeré y me
romperé la cabeza. [...]
Mi cabeza es frágil, se rajará con facilidad, ella.
Tengo la frente ancha. Mi frente es tu tierra, él. [...]
Tus ojos en mis ojos, él, no los saques de ahí. (manuscrito)
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Tenemos una acción de malabarista/equilibrista circense, el juego con la muerte sobre la
cuerda floja sin red, como el prestidigitador en el Zarathustra de Nietzsche, que al fin pierde
el equilibrio y encuentra la muerte. El agente replica: “[...] una regla en los viejos juegos de
circo: siempre se debe dar la impresión de que se puede dejar la vida en el número”. Esto es otra
forma de expresar el hiperrealismo o ese ‘surrealismo verista”; es el acto ritual mítico y arcaico
del que hablaba Artaud, la escena como lucha existencial. La situación circense es para Veronese
“un rito primitivo, como mirada sobre el origen de los gestos” tales como “el amor, la vida y
por supuesto la muerte” (Charla día 23) desde una perspectiva periférico-protésica, muecapeste-
irónico- autorreferencial.
5. Zooedipous
Zooedipous del año 1998 es una coproducción entre ‘PO’, el Teatro General San Martín y el
Künsten Arts Festival de Bruselas. Esta obra marca un momento crucial en el trabajo del
grupo en cuanto éste debe ser reconsiderado para evitar una automatización de lo siniestro. El
grupo trata de cerrar una situación cero que Veronese compara con un “[...] mundo edípico sin
preconceptos y sin saber hacia qué costa remaríamos finalmente” (charla día 23). Decisivo es
la lectura que ‘PO’ hace de Kafka pour une littérature mineure de Deluze/Guattari (1975). En
el capítulo 2 “Un OEdipe trop gros” (Ibíd..: 17-28), Deleuze interpreta la ambivalente relación
edipal de Kafka con su padre a quien le atribuye todo lo negativo de su vida en conciencia de
que no es verdad. Fundamental aquí es la descripción que Deleuze hace de Kafka:
[…] d’un OEdipe classique type névrose, où le père bien-aimé est haï, accusé,
déclaré coupable, à un OEdipe beaucoup plus pervers, qui bascule dans l’hypothèse
d’une innocence du père, d’une “détresse” commune au père et au fils […] à
travers une série d’interprétations paranoïques. (Ibíd..: 18)
La relación de Kafka con su familia está reflejada en la famosa foto padre-madre-hijo como
trinidad de un micomundo, detrás del cual se esconden otros mundos dominados y desatados
por el deseo, la opresión, la angustia, la subversión englobados en un edipismo neurótico y
perverso. Zooedipo es una permanente reterritorialización y deterritorialización del devenir
animal, pero “il ne s’agit pas d’un devenir-animal de l’homme, mais d’un devenir homme du
signe” (Ibíd..: 25). Es decir, la subversión, la ruptura de las normas que conlleva a la
“circulación del deseo”, a la producción de “intensidades”, a la construcción de un mundo de
intensidades puras que valen por sí mismas y no imitan, sino que se rehacen y diluyen a favor
de una materia no formada, de movimientos, vibraciones, gestos que se distribuyen como
línea sin dirección:
© VG Bild-Kunst, Bonn 2001: © Alfonso de Toro y PO: Máquina Hamlet
Bacon-Triptych-inspiredby
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Los agentes, los objetos y los muñecos se distinguen tan solo por medio de sus movimientos y
vibraciones donde se perfilan fuertes intensidades y emociones subterráneas (rizomáticas).
Así, ni los agentes ni los muñecos imitan o se reproducen a sí mismos como agentes o
muñecos, sino que producen un continuum de intensidades dentro de una evolución aparalela
y asimtérica. Las secuencias (ya no escenas), son meramente accidentales, construidas al azar
y relacionadas por las vibraciones, por las emociones y por las intensidades del deseo. ‘PO’
lleva los objetos a su materialidad pura, se apodera de éstos no para producir una alegoría o
metáfora, sino para “[...] apartarlos de la rutina cotidiana. [Para] Darles autonomía, inutilidad.
[Para] Proponerles una vida independiente” (Veronese charla día 23) y de esta forma abrir
otros caminos y posibilidades de acción.
Como ejemplo se puede tomar la gallina que no tiene otra función que demostrar su
afuncionalidad, su presencia por sí misma sin ninguna relación con el resto. La gallina como
los otros objetos y agentes-objetos se encuentra en el más pleno anonimato. Ella, como los
objetos, están reterritorializados en lo siniestro y lo extraño, en ese hiperrealismo-surrealismoverista
(la gallina no es represdentación, la gallina es) que les da una realidad y existencia
propia: “La gallina de alguna manera, como el resto del grupo, debió dejar de representarse a
sí misma para intervenir en la representación de Zooedipous” (Veronese charla día 23).
Zooedipo comienza con un escenario casi vacío donde tan solo se encuentra un actor
sentado al fondo de la sala en la penumbra y una gallina deambula por el escenario. El agente
quiere atraparla, pero no resulta al primer intento y lo repite varias veces hasta que logra
atraparla. Luego, en el transcurso de la obra, la mata (un truco no perceptible en el momento
de la acción misma) retorciéndole el pescuezo, lo cual impresiona profundamente al
espectador que queda aterrorizado hasta el final de la obra. Tan solo al final de la obra,
cuando la gallina, sale con los actores a recibir los aplausos de los espectadores, el espectador
se da cuenta que la muerte de la gallina era un truco. Esta comienza a correr por el espacio
espectacular. Los actores la atrapaba no sin esfuerzo. Esfuerzo real. Un pequeño e íntimo
Circo Romano Periférico. La sacaba del escenario. Entra otro actor y preparan un nuevo
espacio de representación. Las escenas en off se alternan con las manipulaciones de los
muñecos a través de los agentes. Zooedipo es un zoológico del deseo edípico y está poblado
de animales, también vivos (didascalia):
Actor sentado en penumbras en el fondo de la sala.
Animal suelto por el escenario: Una gallina.
El actor va hacia ella. La atrapa no sin esfuerzo.
Circo Romano. La saca del escenario. (manuscrito/video)
[...]
Entran tres actores. Se sientan a la mesa.
Un insecto camina por la mesa. De izquierda a derecha del espectador.
[...]
El niño-insecto es llevado de una ciudad a otra y es tratado según las
circunstancias.
Lento camino. Del padre hacia la madre. Ella lo aplasta ni bien lo tiene a su
alcance. (Ibíd.)
‘PO’ deterritorializa en la tradición de Eduardo Pavlovsky un conflicto en la constelación de
la familia de Kafka, en el micromundo, para reterritorializarla como un fenómeno en el
macromundo. ‘PO’ pone en escena dentro de su estética perférica de obejos y de lo siniestro
la lectura edípica que Deleuze hace de Kafka dentro del contexto de la tragedia griega de
Sófocles y la ubica en el ambiente de un circo. Así, el agente es Kafka, pero Kafka es Edipo,
su madre Jocasta y su padre Layo. La tragedia de Sófocles, El rey Edipo, consituye fuera del
texto de Deleuze otro intertexto fundamental. A éste se suma una serie de diversos tipos de
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proyecciones de fotos de la familia de Kafka que constituyen otro intertexto acompañado por
un texto en off que es la proyección de Kafka como textualidad y simultáneamente una
introducción al mito de Edipo:
Yocasta - mi madre.
[...]
Una noche ofreció todos sus orificios a mi padre, el rey. Emborrachándolo
consiguió que la coronara con un hijo. Para eso tuvo que arquear aún más hacia
adelante su figura ya arqueada y vencida.
Como sello del acto lleva pegados en un extremo de su cuerpo los órganos de
Layo, quién deberá pagar con su vida el tremendo error.
[...]
Layo - mi padre.
Vivificador de ovarios.
Burdo. /Incompleto. /En transformación.
[...]
Odió por esto a Yocasta.
[...]
Yo - Edipo. Oedipous.
Pie hinchado. Hijo del mar agitado.
Me mantengo erguido sobre la punta de mis pies y la punta de mis pies es lo único
que puede mantenerme en el mundo.
[...]
Los padres de Kafka son a su vez Layo y Yocasta.
La madre, horrorizada, señala el piso. El padre se baja de su banco y aplasta un
insecto.
[...]
El padre huele la zona vaginal de la madre.
La pantalla se ilumina.
Se inscriben los tres nombres familiares.
Layo.
Edipo.
Yocasta. (manuscrito/video)
La relación entre Sófocles y Kafka no se fundamenta en el plot de la tragedia clásica, no
existe aquí el interés intertextual de revitalizarla, reinterpretarla o reformularla ni tampoco de
destruirla, sino que ‘PO’ lee a Sófocles como lee a Deleuze y a partir de ambos lee a Kafka
para reflexionar medialmente las relaciones psíquicas reprimidas, los caminos subterráneos
del deseo y de la liberación, de la opresión y su configuración tanto en el ámbito
micromundo-familiar y su configuración en el macromundo-universal, para trabajar el
imaginario de Edipo y la circulación edipiana: la energía animal, la violencia de lo siniestro y
la extrañeza del surrealismo verista o hiperrealidad. La peste, el ‘caos’, la cruauté que
representan una nueva espectacularidad, otra forma de producción de conocimiento, de
percepción y otro concepto de sujeto y cuerpo, es decir, otra racionalidad. Igualmente
tenemos la aparente relación entre el intertexto de La Metamorfosis con Samsa, el escarabajo,
y Edipo-Kafka-Manipuladores que se da a través de un bicho que se encuentra sobre la mesa
rodeado por el ‘padre’ y la ‘madre’; el bicho es el ‘niño-hijo’, la madre asesina al hijo-bicho y
una proyección anuncia “ZOOEDIPOUS”. Luego la ‘familia’ se pone a comer platos llenos
de insectos, allí se encuentra el niño que también come disolviendo los límites entre los
padres asesinos y el suyo de víctima:
Entran tres actores. Se sientan a la mesa.
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Un insecto camina por la mesa. De izquierda a derecha del espectador.
[...]
El niño-insecto es llevado de una ciudad a otra y es tratado según las circunstancias.
Lento camino. Del padre hacia la madre. Ella lo aplasta ni bien lo tiene a su alcance.
Manotazo a la mesa y el insecto es eliminado.
En el mismo momento, en la pantalla iluminada una gran mano asesina aparece.
La mano se levanta al mismo tiempo que la madre levanta la suya de la mesa.
Se ve la figura de un insecto aplastado en la pantalla.
Se despega el cuerpo del insecto.
Debajo se lee: ZOOEDIPOUS.
Se despega ZOOEDIPOUS.
Fin de un problema. [...]
La peste.
Montaje de la escena familiar.
Padre y madre comiendo con su niño.
Conductas insectívoras en el dúo de adultos. También en el niño.
El niño deviene mosca.
Tomar la sopa. Antes haber intentado disolver el nudo. Imposible pensarlo. La urgencia por
proceder como se debe. La ley impone.
[...]
Gritos de los padres. Algo diluido en la sopa de gallina les produce un fuerte dolor. Tratan de
disimularlo.
Gritos masculinos en ella, femeninos en él.
El cadáver del pollo pugna por aparecer.
6. Monteverdi método bélico
Monteverdi método bélico del año 2000 se carateriza por la intersección de diversos sistemas
mediales: primero tenemos algo similar al teatro, luego el Canto XII de Torquato Tasso
(1544-1595), La Gerusalemme liberata y finalmente música del Renacimiento: L’ottavo libro
de Madrigali: Madrigali guerrieri de 1638, y allí especialmente el octavo Libro de
Madrigales, Combatimenttimento di Tancredi e Clorinda de Claudio Monteverdi (1567-
1643). La Gerusalemme liberata es una epopeya en la tradición épico-histórica italiana
constituida por veinte cantos que fueron escritos en su mayoría entre 1570 y 1575 y se
publicaron en 1580 como un compendio sin la autorización del autor gozando una difusión
fulminante con varias ediciones y traducciones. La obra arranca de la invasión turca en
Europa que fue recibida como una gran amenaza en Occidente. La fama de la obra radica en
la introducción de un nuevo género y en la genial composición de una épica cristiana del
Renacimiento. La obra describe una violenta confrontación entre dos sistemas, el cristiano y
el musulmán. Tasso se encuentra en la conflictiva disyuntiva entre al unità reclamada por el
neoaristotelismo y la exigencia del Renacimiento por la varietà de Horacio de docere y
delectare. Esta tensión se vuelca en una pluralidad de acciones y formulaciones según el
principio del oxímoron. Como Tasso, también el compositor italiano cremonese, Claudio
Monteverdi, es un innovador de su tiempo en el campo de la música en un época que se
encontraba en profundo cambio. Su obra representa un puente entre la tradición clásica de la
polifonía vocal de la antigüedad y del nuevo estilo de la ‘monodia’ (que tiene su origen en la
Poética de Aristóteles y pertenece a la estructura de la composición dramática) insertado
como vocal solista desde fines del siglo XVI y acompañado por bajo continuo. Esta forma se
desarrolla más tarde como recitativo y de allí se forma la ópera con la “Favola per musica” y
Orfeo (1607). La modernidad de Monteverdi se puede apreciar en cuanto se le redescubre en
el siglo XIX encontrando gran repercusión en la música de Hindemith o Krenek. Monteverdi
estuvo plenamente consciente de sus innovaciones. En la introducción al quinto Libro de
13
Madrigales de 1605 distingue entre una “seconda pratica” de composición de una “prima
pratica” a través de la cual él concibe un nuevo sistema de creación musical, en el cual el
texto adquiere un lugar privilegiado, pudiendo desviarse de las reglas del contrapunto a favor
de la intención del texto. La tensión entre texto y música es importante porque produce una
estructura híbrida que en el transcurso de los siglos XVII y XVIII se calificó como “mezcla de
estilos”.
6.1 Monteverdi método bélico: variaciones transmediales-híbridas de la ‘crueldad’ o la
ampliación de la estética2
Lo primero que nos preguntamos es el motivo por el cual un grupo radicalmente vanguardista
como ‘PO’ recurre a dos géneros ya clásicos para su obra Monteverdi método bélico (MMB):
a la epopeya y al madrigal que, a pesar de los grandes cambios en aquella época, se
encuentran fuertemente arraigados en ésta, en una época aparentemente armoniosa y religiosa.
¿Es plausible leer en el Canto XII de Tasso y en los amorosi e guerrieri de Monteverdi un
subtexto cargado de sexualidad, deseo, poder, violencia, perversión y mutilación? ¿Es
pertinente una semejante lectura desde nuestra perspectiva contemporánea frente al sistema
del Renacimiento? ¿Es posible interpretar el lenguaje metafórico y tópico del Renacimiento y
Barroco como un lenguaje secundario o substituto para expresar los campos tabuizados por el
sistema normativo de aquellas épocas? La idea del amor como campo de batalla, de la mujer
como fortaleza y cruel es parte una tradición tópica de la poesía anacreóntica, de la antología
erótica latina como así también de Petrarca y representa una estrategia retórica que obedece a
un estatus puramente literario en un sistema de educación y lenguaje ideal del Renacimiento y
del Barroco. Por esto, preguntamos una vez más: ¿es la lectura que hace el grupo de música
barroca “Elyma“ y ‘PO’ una consecuencia de develar el substituto o es ésta meramente
arbitraria e injustificada? Si la primera premisa fuese correcta, ¿dónde yace la motivación de
semejante relación o dónde se encuentra el punto de intersección? ¿Pone el grupo ‘PO’ en
escena aquello que estaba cubierto y reprimido por las convenciones? Tenemos pues frente a
frente dos mundos y sistemas muy diversos reunidos en un sistema de signos híbridos: uno al
parecer armónico y melodioso, disonante, irritante y cruel el otro. El mundo juguetón y
oscuro del barroco y el perverso de la actualidad. En una entrevista en El Foco, Ana Alvarado
explica que la iniciativa del trabajo del grupo sobre los madrigales de Monteverdi partió de la
directora del Festival de Teatro de Bruselas, Frie Leysen, convencida de que entre la época de
Monteverdi y el comienzo del milenio existía una profunda conexión hasta la fecha no sacada
a luz. ‘PO’ inició el trabajo con el ya mencionado grupo “Elyma” de Gabriel Garrido.
Inicialmente se ocuparon del texto de los madrigales bajo dos aspectos: primero bajo el
aspecto de la guerra de los sexos y luego de las oposiciones de ‘el más allá’ y ‘este mundo’.
Ana Alvarado considera que el odio, la sangre, el amor, el sexo y la guerra se encuentran
inscritos en la textura de los madrigales, pero que no han sido visualizados. Por esto, el
trabajo consistió en escenificar, es decir, en poner en movimiento y visualizar la estrategia
retórica escondida en el texto que lleva a una enorme preelaboración delos madrigales.
Tenemos aquí, fenomenológica y semióticamente visto, un procedimiento similar al de
Borges en “Pierre Menard”, donde la lectura del Quijote y su reescritura letra por letra
conllevan a un nuevo Quijote nunca antes escrito y que renace cuatro siglos más tarde que
Menard. Monteverdi es también el resultado transmedial e híbrido donde en un mismo espacio
se encuentran agentes, diversos tipos de muñecos (pequeños, grandes y gigantes), música
renacentista, ópera o musica antiqua, proyecciones de video, teatro danza y acrobacia, sin que
todos ellos formen un conjunto unificado:
2 Vid. una versión amplia sobre esta obra en alemán, en A. de Toro (2004).
14
(© Alfonso de Toro y PO: Monteverdi método bélico)
Muy por el contrario se construyen intersecciones nómadas, nudos y líneas que van y vienen,
que se confrontan o circulan paralelamente, que se superponen y se diluyen rizomáticamente.
El “Guión Monteverdi” no corresponde en muchos puntos con el texto espectacular: muchas
partes del “Guión” se encuentran en español y en el acto escénico en italiano (en su texto
original). La posición sintáctica de varias escenas no corresponde con las textuales, otras no
existen en el texto, tan sólo en la escena, etc. El texto está dividido en tres partes –“Concierto
barroco”, “Teatro de sangre” y “Ópera quirúrgica”– mientras que el espectáculo se organiza
por marcados segmentos y cambios de escena con cuadros más o menos estáticos señalados
por el ascenso y descenso de un muñeco masculino joven y desnudo pendido de los pies y por
otro muñeco masculino, viejo que mueve el brazo derecho como un saludo nazi.
El espectáculo comienza con un espacio iluminado de verde donde un muñeco está
colgado de los pies; a la izquierda y derecha se encuentran los cantantes de música antigua,
detrás la orquesta con su director:
(© Alfonso de Toro y PO: Monteverdi método bélico)
15
Felicitas comienza a rodar de izquierda a derecha e inicia la primera intervención musical a la
cual sigue la entrada de Julieta, una especie de “Pasionaria” que canta y grita diversos textos
revolucionarios de la guerra civil española: “Barcelona. Por la mañana, primaveral, incierta y
agradable, salimos de esta ciudad para el frente” (Video). El pasaje tiene como tema la
añoranza, la impotencia y la guerra.
Luego Jorge aparece primero con un payaso, se quita varias capas de ropa hasta quedar
en ropa interior y recita una poética artaudiana:
El teatro, como la peste, es el tiempo del mal, el triunfo de las fuerzas oscuras,
alimentadas hasta su muerte por una fuerza más oscura aún: la de la verdadera
libertad. El teatro es como la peste, porque, como ella, es la manifestación de un
fondo de crueldad latente que localiza todas las fuerzas perversas del espíritu,
donde lo imposible de pronto es normal, pues sólo hay teatro a partir del momento
en que se inicia realmente lo imposible. El teatro es victorioso y vengativo; rehace
la cadena entre lo que es y lo que no es, entre la virtualidad de lo posible y lo que
ya existe en la naturaleza materializada... (manuscrito)
Se trata de un pasaje altamente metaespectacular y poetológico que nos habla del espactáculo
mismo, de su estructura, concepto y en su retórica nos recuerda la tradición de la tragedia
italiana de Cinthio, Dolce o Sperone, pero también de La Gerusalemme liberata. Se refiere
asimismo a los Madrigali guerrieri, especialmente al octavo, al Combatimenttimento di
Tancredi e Clorinda. Del mismo modo tenemos una reminiscencia de la tradición del théâter
de la cruauté como ‘peste’, un principio de estructura como desorden, caos, lucha y
resistencia (vid. Artaud 1964: 34-39). Luego de la actuación de Jorge se introducen el coro y
la orquesta que cantan y tocan Vattene pur crudel de la historia de Rinaldo y Armina que trata
de traición, guerra, sangre, pasión y abandono:
Cantantes
Vattene pur crudel
¡Vete, cruel, vete, que yo te devuelvo esta paz que
tú me dejas! ¡Corre, ingrato, adonde te arrastra la
injusticia! Mi sombra te seguirá sin cesar a todas
partes. Seré, para ti, otra Furia, armada de antorchas
y de serpientes, y mi cólera igualará a mi funesto
amor. Si pudieras huir de la ira de las aguas, si
vencieses a las olas y a los escollos y llegases, en
fin, al teatro de esta guerra impía, pronto bañado en
tu propia sangre, envuelto en las sombras de la
muerte, pagarías por mi desesperación y mis lágrimas. (MS)
La escena quizás más fuerte de MMB es aquella de la autormutilación de Emilio que contrasta
con su parlamento suavemente recitado en inglés y español sobre un sueño. Emilio se cubre el
rostro con una máscara de goma y se pincha el rostro con diversos instrumentos puntiagudos:
Emilio
A dream:
Un sueño:
I am in a dark room, where I can see my face in the mirror.
Estoy en un cuarto oscuro donde puedo ver mi rostro en el espejo.
My face is young, about eighteen,
Mi rostro es joven, como de dieciocho,
16
but is scared and damaged around my mouth and chin.
pero está dañado y cortajeado alrededor de la boca y el mentón.
Nice dream.
El placentero sueño (“nice dream”) se revela como una pesadilla. La escena deja correr
paralelamente el sueño, la pesadilla y la autormutilación produciendo lo extraño, lo hiperreal,
el cuerpo como carne torturada, la corporización del agente es ‘descorporizado’ por la tortura.
(© Alfonso de Toro y PO: Monteverdi método bélico)
Luego se suceden escenas sobre la Guerra Civil española y el Combatimento:
El héroe busca medirse con aquel otro guerrero, único rival digno de él. Su amada
viste sin que él lo sepa la armadura de aquel otro guerrero, la mujer corre, el
hombre sigue en su persecución, la amazona se vuelve.
-Tú, que me sigues con tanto ardor, ¿qué me traes?
-La guerra y la muerte.
-¡La guerra y la muerte! Las tendrás, si es lo que buscas.
Ella espera al pie firme, él descabalga. Con el acero en la mano y llenos de ira, los
amantes se arrojan uno sobre otro como dos toros salvajes.
Generosos guerreros, la suerte... (manuscrito),
como así también de guerras que han tenido lugar en diversos períodos históricos (por
ejemplo la Segunda Guerra Mundial) que repiten los fenómenos de pasión, sexualidad y deseo
y que son transportadas por una proyección fílmica:
.
(© Alfonso de Toro y PO: Monteverdi método bélico)
17
Basándose en estas discontinuidades ‘PO’ logra sacar a luz el subtexto cubierto por el
decorum retórico y las incorpora en su estética de la corporalización y ‘descorporalización’,
en una estética de una hiperrealidad surrealista. En este lugar de las discontinuidades fracasa
también la música y lo representado: la música suena estridente, Emilio se martiriza, Alicia
cita sin parar la escena de despedida de Rinaldo y Armida:
La tra’l sangue e le morti
“Cuando del último suspiro invocarás muchas veces a
Armida... yo te oiré...”
Quiere acabar lo que iba a decir, pero el dolor la
deja sin voz y ahoga los últimos sonidos. Cae casi
sin vida; corre por sus miembros un sudor frío y
helado y se le cierran los ojos. (manuscrito)
Armida está cubierta de sangre, atrapada por el dolor ve la muerte; el muñeco-niño-cara-deviejo
se cae de la silla, Ana se desvanece; Jorge salta de una alta escalera en el cubo de agua
que representa el océano de Neptuno que no es capaz de lavar sus manos cubiertas de sangre.
El espacio escénico cambia (llegando a la segunda división más importante del espectáculo).
Mientras Felicitas rueda por el piso bajan varios muñecos desnudos del techo paralelamente al
descenso y ascenso del muñeco colgado de los pies. El coro canta un madrigal con el texto:
“Hor che’l ciel e la terra...”. Simultáneamente a los grandes muñecos desnudos aparecen un
hombre y una mujer que aparentemente tienen una relación (¿Tancredi/Clorinda,
Rinaldo/Arminia?), pero que no consiguen comunicarse, ni lingüística, ni sexualmente. Se
deciden establecer relaciones sexuales con los muñecos y así excitarse recíprocamente para
lograr un acercamiento que cae en el fracaso que conduce a un voyeurismo desenfrenado. La
mujer masturba al muñeco y le besa el pene excitada por el acto sexual del hombre con la
muñeca:
(© Alfonso de Toro y PO: Monteverdi método bélico)
De música de trasfondo se escuchan los ensayos de la canción “Libiamo ne’lieti calici” del
primer acto de la La traviata cuya felicidad es estorbada por los parlamentos de Jorge. Éste
relaciona el deseo, la felicidad y la sexualidad con la peste y la muerte, con la tortura, la
sangre para sacudirse de “la inercia asfixiante de la materia” (manuscrito)
El espacio espectacular se oscurece y se proyecta el film de una mesa de operación que
va apareciendo poco a poco simultáneamente a la proyección como objeto concreto en el
espacio espectacular, con lo cual se llega a la sección tercera y última del espectáculo: a la
“Opera quirúrgica”. La proyección trasmite una intervención quirúrgica del corazón a pecho
abierto. Al título “Opera quirúrgica” se le agrega el de “Ópera cibernética” y el de
Combatimento de Tancredi y Clorinda. Se proyecta la partitura del madrigal:
18
(© Alfonso de Toro y PO: Monteverdi método bélico)
De esta forma, ‘PO’ establece varias relaciones entre los conceptos ‘ópera’, ‘quirúrgico’ y
‘cibernético’ con el de ‘madrigal’. Tenemos pues una operación teledirigida, una
Opera(c)ción, una ofrenda de un cuerpo que es mutilado: sangre corre, el corazón pulsa y es
un músculo y símbolo de amor y muerte, de pasión y odio. Así se conectan la operación, la
ópera y el Combatimento de Tancredi y Clorinda. El texto es cantado por el coro mientras los
agentes llevan acabo una operación. Las palabras, el canto y el frenético ritmo de la música
paralelizan el accionismo despiadado de los cirujanos. El horror de la operación se conecta así
con el horror de la tragedia amorosa y bélica:
L’onta irrita lo sdegno a la vendetta,
E la vendetta poi l’onta rinnova;
Onde sempre al ferir, sempre a la fretta
Stimolo nuovo s’aggiunge e cagion nuova.
[…]
Tre volte il cavalier la donna stringe
Con le robuste braccia... (manuscrito)
En el momento en el que se canta la palabra ‘vendetta’ se le abre al paciente violentamente el
pecho ya cerrado y se le arranca el corazón latiendo que se tira a uno de los agentes y éste se
lo come. ‘PO’ trabaja con el sistema de analogías, equivalencias y translación: lo que en el
texto del madrigal se llama ‘espada’, son en el espectáculo los instrumentos punzantes de la
automutilación y los bisturís de los cirujanos. Las expresiones ‘vendetta’, ‘feriri, ‘spada’,
‘crudi’ o ‘barbaro’, ‘sangue’, ‘nemico’, ‘feroce’, “esta guerra impía, pronto bañado en tu
propia sangre” o “último beso, guárdalo para otra amante más feliz que yo”; “lágrimas – los
ojos, transida de dolor, más bella aún por hermosearla el sufrimiento”; “súplicas”; “Cada gota
de esa sangre que ves manar la pagarán tus ojos con un torrente de lágrimas” contienen un
potencial erótico-destructivo que es puesto en acción en el espectáculo periférico de objetos.
El final está marcado por un muñeco gigante, una especie de divinidad (¿también la
humanidad?) que cae al fin exhausta:
19
(Monteverdi método bélico © Alfonso de Toro y PO)
En MMB constatamos no un cambio de estética, sino mas bien una ampliación y
complementación de la estética de lo periférico y de los objetos en cuanto los elementos de la
ópera, del madrigal y de la epopeya forman parte del mundo muñeco-objetal.
3.3 Suicidio/Apócrifo 1 o el cambio de estética: analogía y metáfora
Suicidio/Apócrifo 1 fue presentado en el Hebbel-Theater el 28, 29 y 30 de Junio de 20023,
luego de haber estado en los Festivales de Avignon, Holanda y Amsterdam. La escenificación
estuvo a cargo de Ana Alvarado, Daniel Veronese y Emilio García Wehbi. El texto y la
coreografía estuvieron a cargo de Ana Alvarado y Daniel Veronese; los requisitos y el
vestuario a cargo de Roxana Barena; la iluminación fue de Alejandro Le Roux; la música fue
elegida por Daniel Veronese. Actuaron Guillermo Arengo, Alejandra Ceriani, Laura Valencia,
Julieta Vallina, entre otros. Fue una coproducción de Theater der Welt 2002 y Hebbel-Theater
Berlin. En Suicidio/Apócrifo 1 constatamos un radical cambio de estética. El elemento realista
está más presente y los muñecos han desaparecido o han sido reemplazados por muñecosvacas
de dimensiones realistas:
© Hebbel-Theater
El espectáculo está localizado en un matadero; en el matadero como macro y microcosmos de
la humanidad; el matadero como la sociedad, como el lugar del desorden y de la peste. ‘PO’
expone la animalidad del ser humano, muestra sus entrañas y no el bicho de Kafka, ni los
intestinos de la psique, sino sus tripas y costillas en un procedimiento muy similar al de la
pintura da Bacon:
3 Por falta de material puedo referirme solamente al espectáculo sobre la base de lo que me
quedó en la memoria y por esto me es imposible elaborar una reflexión más sustancial.
20
© VG Bild-Kunst, Bonn 2001BaconPainting
El matadero es en este caso una metáfora de la sociedad y a su vez la señal de un profundo
cambio de dirección. Es más bien un trabajo experimental del que solamente después de un
detenido estudio se podrán sacar otras conclusiones a las insinuada en este contexto.
Resumen
Los muñecos en ‘PO’ son una prolongación y una alternativa antimimética, discontinua y
explosivo-dispersa del cuerpo humano: son una pseudo-prótesis. Ni el agente ni el muñeco
son (ni representan al) el otro, no se esconden ni dependen del otro. Tanto los muñecos como
los agentes se muestran en su más completa materialidad y artificialidad. Ambos constituyen
pseudo-prótesis destruidas La artificialidad del agente es doble en cuanto éste no actúa como
tal, no juega un papel. Al parecer él se encuentra allí solamente para poner en movimiento al
muñeco, para transformarse en su aparente prótesis. Así, el cuerpo del agente se transforma en
materialidad y se acerca a la materialidad del muñeco. De esta manera el cuerpo del agente se
transforma en materialidad absoluta, objeto y medio; a través del cuerpo deja de ser máscara,
metáfora o un lenguaje de mensaje. Esta capacidad de ser pura materialidad lo convierte en un
objeto privilegiado medial-espectacular dejando de ser una construcción lingüística
representacional.
© Prof. Dr. Alfonso de Toro, en Gestos Año 21, nr. 41 (Abril 2006: p. 13-40).
Bibliografía
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Periférico de Objetos. (1995). Máquina Hamlet. De Heiner Müller y de Periférico de Objetos.
(1995). Daniel Veronese, Ana Alvarado y Emilio García Wehbi.
Periférico de Objetos. (1996). Circonegro. De Daniel Veronese y Ana Alvarado.
Periférico de Objetos. (1998). Zooedipous. De Daniel Veronese, Ana Alvarado y Emilio
García Wehbi.
21
Periférico de Objetos. (2000). Monteverdi método bélico. De Daniel Veronese, Ana Alvarado
y Emilio García Wehbi.
Periférico de Objetos. (2002). Suicidio/Apócrifo 1. De Daniel Veronese, Ana Alvarado,
Guillermo Arengo, Julieta Vallina y Alejandra Ceriani.
Tantanián, Alejandro. (2003). Carlos W. Saénz (1956- ) de mayo. Hebbel Theater. Berlin
(DVD).
2. Crítica
Artaud, Antonin. (1931/1938/1964). Le théâtre et son double. Paris: Gallimard.
Barthes, Roland. (1973). Le plaisir du texte. Paris: Seuil/Points.
Deleuze, Gilles/Guttari, Felix. (1975). Kafka. Pour une littérature mineure. Paris: Minuit.
Freud, Sigmund. (1919/1970). Das Unheimliche. Studienausgaben. Ed. de A. Mitscherlich,
A. Richards y J. Strachey. Frankfurt am Main: Fischer. Bd. IV. pp. 241–274.
Hoffmann, Ernst Theodor Amadeus. (1984). Nachtstücke. Der Sandmann. Mit einer Studie
Anatomie des Sandmanns von Günter Hartung. Leipzig: Reclam.
Tantanián, Alejandro. (2002). Un leviatán teatral. Un recorrido por la historia el Periférico
de Objetos en 8000 caracteres. [www.analvarado.com/nota.htm].
Toro, Alfonso de. (2004). “‚Hyperspektakularität’ / ‚Hyperrealität’ /‚veristischer
Surrealismus’. Verkörperungen/Entkörperungen: Transmediale und hybride Prothesen-
Theater: “periférico de objetos”: Monteverdi método bélico“, in: U. Felten/ V. Roloff
(Hg.). Spielformen der Intermedialitätt im spanischen und lateinamerikanischen
Surrealismus. Bielefeld: Transcript. pp. 317-356.
Veronese, Daniel. (Dic.1999?/ Enero 2000?). El teatro periférico .(Charla del día 22 y día
23). (Manuscrito).

Entrevista a Muller

http://www.library.unsw.edu.au/~thesis/adt-NUN/uploads/approved/adt-NUN20060822.141833/public/02whole.pdf

http://muller-kluge.library.cornell.edu/en/video_transcript.php?f=120

The dramatist Heiner Müller heads the "Berliner Ensemble" / Theater, he says, manufactures narratability / It has the task of burying the dead / Misfortune must be repeated in the theater until this misfortune becomes tired / The thirteenth labor of Heracles-\-

Intertitle

On the way to a theater of darknesses / Heiner Müller on the statement: "The theater must bury the dead"

Kluge

What would you do if you had time to write?

Müller

I've started to write a play, and I would finish that, or rather I will finish it as soon as I have time, I work on it a little bit now and then. And naturally it's developing in my head. And then there's a problem, I've promised to write a libretto for Boulez, and that still doesn't exist. He's just turned 70, so it's rather urgent.

Kluge

Musical theater?

Müller

Yes, he'll need a lot of time to compose that. That takes longer than writing. It also takes longer in a purely technical sense. And I'm really preoccupied with it. At first I had the idea, we've already talked about this, of doing a version of the Oresteia. I'm no longer sure if that's worthwhile and if it's the right thing to do.

Kluge

In the form of a digest, a concentrated form.

Müller

Yes, and in the meantime I've returned to something that's preoccupied me for a very long time. The Heracles story, in the version by Seneca. And I've already attempted to work with that figure often enough. But I always had something like Heracles 13 in mind, the thirteenth labor of Heracles, the liberation of Thebes from the Thebans. And the metaphor for that is this story of how he kills his children in a fit of madness.

Kluge

Which is the reason he performs all his labors. He has to submit, like a slave, to the authority of a king in order to do penance for this act which, furthermore, he did not commit of his own volition. Hera puts it into his head as a form of madness.

Müller

There are notes about this from very early times. What always interested me was that there is, for example, a Heracles festival every year during which his labors are performed and acted out, represented, and suddenly he thinks that it's real, what's being performed there, and now he thinks every third Theban is the Nemean Lion, or the Erymanthian boar, or whatever.

Kluge

And he commits his acts of heroism against his own population.

Müller

And constantly discovers what are basically reincarnations of the monsters he has slain.

Intertitle

Madness as the final phase: Heracles as an intelligence of force.

Müller

That's really a whole bundle of things. You're familiar with this text in Zement, Heracles and the Hydra, in which it turns out that he is the Hydra. So identification with the opponent, with the enemy, the way one eats the enemy in order to become the enemy, and so on. The comic, optimistic GDR version in the Heracles play, with the Augean stables. But what I found more important was this madness as the final phase.

Kluge

He's not a devious hero, like all the others.

Müller

He's a dumb hero.

Kluge

An industrious, a productive hero. That also involves intelligence.

Müller

Yes, but it's a peasant's intelligence.

Kluge

An intelligence of force.

Müller

Yes, yes.

Kluge

He wants to do his labors well. That's a really difficult myth, difficult to understand. They say that he founded the Olympic games, which then extended until 1936. They say that he suffered a painful death.

Müller

That reminds me of something strange, since you mention '36. In Soviet mythology, if you want to call it that, posters, agitational texts, images, the figure of Heracles appeared all the time, Heracles as the embodiment of the proletariat, of the world proletariat, even in battle against the Hydra of capital or of imperialism. That's depicted on posters. It's completely inconceivable, that occurs to me with reference to '36, that the Nazis would have used such a figure. But why?

Kluge

Nowhere do the Nazis have a strong man who [unintelligible] a multi-faceted . . . .

Müller

They didn't use any figures from antiquity.

Kluge

Siegfried, yes. But not from antiquity. In France, by contrast, it would have been possible, without too much ado, to adorn a poster from 1936, "Our Steel Industry," with an ancient hero. The Nazis also didn't use Icarus, or Daedalus. But we have different heroes here. Wieland the Smith would work for us.

Müller

But no one is familiar with him.

Kluge

No one is familiar with him. But let's return to Heracles. He's a descendant of Alcmene and of Zeus, and already as a small child he kills important snakes, dangerous snakes. And the conflict is similar to the one in Wagner's Ring, the maternal goddess persecutes him with madness and punishments and crabs that pinch him on the heels, while the paternal god favors him. And this conflict remains unresolved.

Intertitle

"To what figure from antiquity would you compare Stalin?"

Kluge

Did Stalin know anything about any ancient heroes? Jason, Odysseus?

Müller

Yes, he knew about Zeus, and especially about Zeus's goal of creating a new humanity by exterminating the old one, which is also what the Biblical God wanted to do. And that, if you want to look at it that way, was Stalin's idea: One has to exterminate the old man, so that the new man can arise.

Kluge

Whom would you compare to Heracles?

Müller

Kirov rather than Stalin.

Kluge

Ah, yes, he gets killed. But united labor power, there's something to that. That's something that could be afflicted with madness, that could get tricked into donning a Shirt of Nessus so that it burns all over.

Müller

Would you like a water?

Kluge

Thank you. Now you have a second telescope, if you want to put it that way, named Seneca. You don't look at this material directly, it's not about how you, as Heiner Müller, see Heracles, or about the way you think Boulez can set that story to music, but instead you always see it through the lens of Seneca's adaptation. What did Seneca write? Has it been preserved?

Müller

The interesting thing about Seneca in relation to the Greek dramatists is that his plays were designed to be read, Seneca's plays, they were read aloud.

Kluge

They weren't performed, they were closet dramas . . .

Müller

And Elizabethan drama is actually based on the misconception that these dramas were written to be performed. They knew Seneca, but not Sophocles, Aeschylus, Euripides. And in Seneca the atrocities take place on the stage, precisely because the plays didn't need to be performed. And in the Greek plays, they take place off stage. There are just reports by messengers about the violence. And that's the interesting thing about Seneca, that the violence takes place on an imagined stage.

Kluge

And that's the first thing that excites you.

Müller

Yes, yes. And there's something else. The events become total language in Seneca, for example, if you think of Seneca's Medea. The conclusion is Latin, Jason cries Medea's name after she has killed the children. And she says: Fiam.

Kluge

What does that mean?

Müller

"I will become it." That's an event that can't be represented, except in language.

Intertitle

"Down with tragedy\! / Long live drama\!" Victor Hugo

Kluge

There's a sentence by Victor Hugo: "Down with tragedy, long live drama." You write about Pushkin's short dramas here - what is that? - as a form that you could emulate.

Müller

Well, I think they arose out of the lack of a theater, or out of the difficulty of finding a stage for what he wanted to write. And that gives rise to this compromise, the laconism of these short dramas, which are of course influenced by the French drama, the tragédie classique and so on.

Kluge

. . . they originally lasted four hours, and he made one act plays out of them . . .

Müller

The Russian short form . . . That's a problem . . . I can't even tell you why, for one thing I get bored very quickly, especially in the theater. Almost every evening at the theater is too long for me, because too much time is spent on events that one could deal with in five sentences.

Kluge

And too little time is spent on the tableaus. Once one has achieved the feeling that a conflict has arisen and that the momentum is building, one wants to have a plateau.

Müller

And it's interesting, for example, that if you start with a structure like that of a Seneca play, you get to tableaus much more quickly, to stationary images. Then music is once again a means of letting images remain in place for a long time. That would interest me. Boulez, too, is primarily interested in the dimension of time when he composes.

Intertitle

Compromised time: Short dramas, tableaus, "stationary images"

Müller

Time can be stretched, it can be compromised through time-lapse techniques or slow motion, and those are the spaces in which music becomes important for drama.

Kluge

So that you really first have to write such a piece as a libretto, so that it lasts a certain amount of time, long enough that it's worthwhile driving to the theater from the spectator's perspective. After that you can turn things over to the music, form concepts, speeches and responses to these speeches unfold and remain in the tableau, in a stationary image, for a long time. And then one has to have a swan song at the end.

Müller

You know this story of Wilson's . . .

Kluge

No. The president? Ah, right, Bob Wilson . . .

Müller

. . . that he especially likes to tell when he's asked about the roots of his conception of the theater. Then he almost always talks about these experiments that American doctors or psychologists performed on women, mothers, who are holding their newborns in their arms. And if you run the films that they made in slow motion, you suddenly see that these mothers are eating, that this kissing and fondling and caressing is cannibalistic. You only see that in slow motion. It's a different process then, it's broken down into moments and it's a completely different picture.

Kluge

That's a mischievous observation. There's a film by Wertow, Lullaby for Lenin, and it consists entirely of mothers with their children. Occasionally there's a glimpse of Stalin. But really it's a picture about mothers and their children. And you say that that's cannibalistic in nature, as soon as one watches it at the right speed.

Müller

In slow motion.

Kluge

In slow motion, that would be the right speed, because time slows down during interactions between mothers and children.

Intertitle

The Shock of Brevity / Laconism

Müller

There are such different experiences. I would like sometime to do or to see a theater production that really only lasted a quarter of an hour or five minutes, that would be interesting. There was a performance by Schleef in Frankfurt, I think, it was a play by him, modeled on Gorky's Night Asylum, I don't remember the title, but it doesn't matter. It started with the final scene of Hamlet. Staged simply and very beautifully, with splendid costumes. The scene lasted for five minutes, and then there was an intermission. Then the play lasted two hours, or almost three hours. That was interesting simply as a shock effect, that was a completely different way of perceiving and a completely different experience of the theater because of this short first half and then the intermission. And then it lasted interminably long. That was interesting, that was a displacement, a transformation of perception.

Kluge

So that one experiences the three hours in the intensified time of this beginning, this first play.

Intertitle

Hamlet in Real Time / Beginning: Appearance of the Ghost around Midnight / End: The Break of Dawn

Müller

[It started] at around midnight with the appearance of the ghost and ended in the morning at around seven. Those were the best performances. People left the theater and it was morning.

Kluge

That means that Hamlet was performed in real time, if you want to put it that way, without omissions at the beginning, and that it lasted through the night.

Müller

Yes. There were three intermissions, and hence it was no longer theater. There was also a completely different audience, the audience naturally consisted almost entirely of young people, because people over forty don't go to the theater at midnight and leave at seven in the morning. Those were young unemployed people, for the most part, or people who could afford to do that sort of thing. And it was a completely different atmosphere, for the first time in the history of theater in the GDR people also drank and ate during the performance. At first there was a lot of excitement, because women, the cashiers, tried to prevent it, tried to prevent people from drinking a cola or whatever. It was impossible to enforce that, though, and then it was gradually accepted that one could do that, because it was lasting so long. And hence it was a happening and no longer a theater performance.

Intertitle

Luigi Nono's Project: Capital, an Opera in Five Acts

Müller

Nono had the idea of composing Capital, turning it into an opera.

Kluge

Marx's Capital?

Müller

Marx's Capital, yes.

Kluge

What does money sound like?

Müller

The problem is, what does money sound like, yes.

Kluge

So if you count bills . . .

Müller

How does capital sing, yes . . .

Kluge

So the commodity and the value of commodities and commodity fetishism, that can develop a high degree of coloratura. It can develop many overtones, many secondary tones. So it's very promising material.

Intertitle

Capital by Luigi Nono The first fragment of the libretto for Pierre Boulez: Heracles

Kluge

You mentioned the first fragment of this libretto, which can be an opera if Boulez composes it that way, but it won't be very long then?

Müller

What would interest me would be to have the scene from Canova as the first image. Heracles has killed his children, they're dead. And their grandfather still stands in a defensive posture, their mother also, and the next variation would then be that the children are alive again, and we show how he kills them. And we would show that maybe five times.

Kluge

So that you keep resurrecting the hope that they might not be killed, just as here at the Russian opening hope is really the dramatic point. The hope that the execution will not take place. A happy recognition as the highest tragic form, and then the tragedy occurs nonetheless.

Müller

Yes. You know that comes from Ambrose Bierce.

Kluge

No, I didn't know that.

Müller

I don't remember what the story's called. It's the description of an execution, someone is being hanged on a bridge. And he experiences what it would be like to survive, and then he hangs.

Kluge

The story takes place during the American Civil War?

Müller

Yes. That's where it begins . . .

Kluge

He experiences his entire rescue as if in a dream, swims away in the river, and then at the end he hangs?

Müller

Yes. The American Civil War is in any case a very decisive date, I think, for all European wars.

Kluge

And now it comes about that this madness grips Heracles repeatedly: Do you take a position on the issue of whether the goddess causes this madness? Where does it come from, this madness?

Müller

That doesn't really interest me, actually.

Kluge

That he has to kill that which is dearest to him.

Müller

Yes, my idea was really always that he, after he had killed so many enemies, monsters, etcetera . . .

Kluge

. . . he can't refrain from it.

Müller

. . . After he had freed Thebes from these enemies, he sees them everywhere, after his victory. They reemerge everywhere and . . .

Kluge

Just as, after working on an assembly line, one's muscles continue to twitch, so now, afterward, comes . . .

Müller

There's a Noh play that I always wanted to put on or adapt. It's a kind of model, Kumasaka I think it's called. It's the story of a very famous bandit who is constantly ambushing caravans, trade caravans that are passing through carrying whatever commodities. And these Noh plays always take place in the afterlife, they always deal people who have to finish something or work through something. And he has to constantly reenact the big scene in which he's slain by one of these traders, he has to constantly reenact that until he no longer has any desire to ambush the caravan and kill the people. He has do that until he no longer has any desire.

Kluge

In this way a catharsis comes about. The actor performs the same thing over and over, until he no longer has any desire . . .

Müller

. . . he has to do it until he no longer has any desire to do it.

Kluge

The audience enjoys watching this tragic art fully exhaust itself before the eyes of the spectators.

Müller

That would really be a task for music, this exhaustion.

Kluge

So that you are now no longer constructing a drama, like a good theater entrepreneur in the nineteenth century, but rather dismantling one.

Müller

That's really what I was getting at with my text Description of a Picture [Bildbeschreibung] Explosion of a Memory was the English title, because there was no English title for it. Description of a Picture is boring as an English title. And then Explosion of a Memory occurred to me as a title for the English version. For the French version it was something else again, it was Landscape under Surveillance. And it's really a matter of processes repeating themselves endlessly.

Kluge

And they repeat themselves with variations until they're reduced to zero, until I am able to remove a behavior the way one removes makeup.

Intertitle

Explosion of a Memory - Description of a Picture

Müller

Yes, Explosion of a Memory can be read as a reworking of Alcestis. It is also a play about Heracles that cites the Noh play in Kumasaka, the eleventh book of the Odyssey, and Hitchcock's The Birds. The text describes a landscape that exists in the afterlife. The plot is arbitrary, because the consequences are already past. The explosion of a memory in a dead, traumatic structure.

Intertitle

"In a dead, traumatic structure"

Kluge

A dead traumatic structure.

Müller

Yes, yes.

Kluge

When you say: Stalin's empire, Hitler's empire, could you use the repetition of an arbitrary plot dealing with past events to confront such an experience, in which the most painful thing is that the experience of history has disappeared along with history itself, so that there's no way to even talk about it any longer? Nothing has been dealt with, it's impossible to have understood it, one can't say that one has understood it all. And at the same time: It's impossible to narrate it. And this would be the reestablishment of narratability, because I now repeat it over and over in the form of arbitrary particles. One time with music, one time with sound, one time with speeches, one time with silence. So a part of the opera could be played by deaf mutes?

Müller

Yes, yes, yes.

Kluge

And an opera with deaf mutes would be an excellent opportunity for music. No voice would interrupt it. And the singers are united as members of the orchestra, buzz or hum and so on, and it sounds fascinating, but it's on an equal footing with the orchestra parts. Does it matter to you that people, as can be said about the case of Oedipus . . . People like Freud, who have interpreted that psychologically, say that Oedipus occurs in us. Orestes, too, could occur in us. The Trojan War is a war of extermination of the kind we're familiar with. What is Heracles? Is he a productive human being? Being Zeus's son is an imperceptible quality. Sailing with Jason, that's nothing exhaustive.

Müller

This Heracles figure is really only dramatically interesting in terms of the ending, if one takes this period of madness, this murder of the children, and his own suicide as the ending . . .

Kluge

. . . on the funeral pyre.

Müller

On the funeral pyre, yes.

Kluge

Whereby no one dares kill him. You have something like that in this Stalin text: Stalin orders: Kill me, and they would suspect a trap and not obey. That's one of the few cases in which they would not obey. And so no one obeys Heracles as he's lying on the funeral pyre and finds his wounds from the Shirt of Nessus unbearable. And he would like to die, and no one lights the thing. A dumb shepherd, who doesn't see the danger, is finally prepared to do it, allows himself to be persuaded, and he receives two gifts, the poisoned arrows and the Shirt of Nessus, which is to say that things are not going to turn out well for him. Would you interpret it that way, that that's Stalin in that case?

Müller

Yes, yes.

Kluge

Before the madness causes him to kill his own children, would you say that he built a kind of a dam there in the Ukraine, a kind of giant dam with marble and temples, that he built the garden ring and these high-rises, that he - and so on . . . Those aren't really evil deeds, but rather they are like the victory over this lion.

Müller

. . . the monster . . .

Kluge

. . . the monster.

Müller

Yes. It's like what Hitler said to Paul Wegener: My power does not consist in exhaling, but rather in inhaling. I inhale the crowd.

Kluge

Did Hitler say that?

Müller

Hitler said that, yes.

Kluge

He spoke with actors about professional matters . . .

Müller

Yes, he spoke with Paul Wegener about acting problems, yes.

Kluge

With regard to the difference between Stalin and Hitler . . . In your drama you deal with both of them, and as is fitting for a dramatist, you transform them into a kind of romantic couple, and also a couple bound to each other by hate. If you take the two industrial societies and interpret Germany in terms of Hitler as a medium and the Soviet Union or Russia in terms of Stalin, what's the difference, very generally speaking?

Müller

The strange thing is first of all that . . . perhaps it's something really dumb, but the first thing that occurs to me is that when one compares the two or looks at them in relation to industry, Hitler actually had a more archaic relationship to industry than Stalin. Stalin could use technology.

Kluge

It was new for him . . .

Müller

It was new for him, and it was a plaything. And for Hitler it was really something foreign.

Kluge

And something that he could actually reject, as in the case of chemistry.

Müller

I would think that Stalin would not have reacted in the same way to the discovery of nuclear fission. He would have understood it. And Hitler didn't understand it. Which was also a piece of good fortune. I think that that's a difference, Hitler comes from a Catholic world, perhaps that plays a role. And he's much more mother-oriented and much more determined by his mother than Stalin is. Stalin probably had a much more relaxed relationship to his mother than Hitler did. Fine, she sent him packages, but that was the normal relationship between a Georgian and his mother. But in Hitler's case it's much tenser, more neurotic. Stalin learned a great deal from Hitler, Kirov's murder and everything that came after it he actually learned from Hitler. Hitler, though, had learned it from Mussolini, he probably didn't come up with it himself. There's a story, you surely know it, that Mussolini instructed Hitler by quoting Machiavelli and Nietzsche to him: The first people you have to get rid of are those who brought you to power, those who helped you come to power, they must be liquidated first. That probably would not have occurred to Hitler, he learned it from Mussolini, by way of the education he received from Mussolini. And Stalin then learned it from Hitler.

Intertitle

"The final victor is death---" (Stalin)

Müller

The other thing I've always really liked is this statement that de Gaulle quotes. It's a favorite saying of Stalin's, and in this book by Malraux, Last Interviews with de Gaulle, de Gaulle cites Stalin to this effect. He says that Stalin told him: "The final victor is death." Or: "The only victor is death." That's a statement that Hitler could not have made.

Kluge

"The final victor is death." Why couldn't Hitler have said that?

Müller

Because Hitler's goal was basically to achieve everything in his lifetime. There was no future. Everything had to take place in his lifetime. And that's probably also why he fascinates a generation that is now growing up with the feeling that there's no future. Hitler was completely oriented towards the present, there's only the present, and afterwards there's nothing. Afterwards there's only the dead, and beforehand, too.

Intertitle

Text fragments by Heiner Müller: "Goebbels Appears as Medea" / Hitler's Final Words

Kluge

Here you have a text, I think you've brought it directly from your desk, in which Goebbels appears as Medea, who has killed her children, and Hitler appears with a rather long monologue, is it fair to say that?

Müller

Yes, yes. Really it's a speech. There was this scene in the Reich Chancellery when Hitler received the women who had worked for him to say his farewells . . .

Kluge

. . . his secretaries, Wolf, Junge . . . He says farewell.

Müller

. . . and there's also a report that they started dancing after he disappeared into his bunker, I found that really strange somehow, and that's what the text is based on.

Kluge

Could you read it aloud?

Müller

Goebbels: "Those were my children My future / I have slaughtered them They are gone / We leave behind what comes after us / The future our enemy Victory is ours." He dies. So Goebbels dies. And earlier Stalin had appeared, and there was a similar text, and Stalin exited laughing. Hitler: "Rattenhuber, the gasoline, and please ask the ladies to come to me." Rattenhuber exits, ladies, Rattenhuber with cans of gasoline. Hitler: "Ladies. I thank you all for the work you have loyally performed, what would life be without the loyalty of women, I will not speak about death for the sake of my service to Germany, which perishes with me." Stage direction: The sound of artillery, detonations. "You are hearing the triumph of the subhumans, who are entering their period of dominance. The subhumans have proven themselves to be stronger. Mankind may perish. I am, as you know, the overman. I have done what I could to exterminate mankind, which is overrunning the planet. After me, others will come and continue my work. I will leave this world, which has become too small for me, along with Miss Eva Braun, whom I married an hour ago, here is the marriage certificate signed by Mr. Richard Wagner." The registrar really was named Wagner, just not Richard, but I think that one can make this leap. "Signed by Mr. Richard Wagner, please examine his signature, so that heaven and hell cannot separate us, because your hands are clean and my hands are bloody just as the hands of all the great men of history are bloody. Alexander Caesar Napoleon Frederick the Great softly: Stalin. On a historical scale, blood is a better fuel than gasoline, it leads to eternity, and loyalty is the core of honor. I return to the dead who bore me. Jesus Christ was a son of man, and I am a son of the dead. I have had my astrologist shot, Mr. Friedrich Nietzsche, so that he will precede me in the Kingdom of the Dead, which is the only reality, and whose representative on earth I have been. My program will live on: Against the lie of life that is communism EVERYONE OR NO ONE the simple, folksy truth THERE'S NOT ENOUGH FOR EVERYONE. Against the lying palaver of the priests LOVE YOUR ENEMIES the honest commandment of my German catechism ANNIHILATE THEM WHEREVER YOU FIND THEM. I have chosen Europe as my funeral pyre. Its flame will release me from my duties as a statesman. I die as a private citizen. But the smoke of the burning cities will carry my fame around the earth and the ash from the crematories will darken the heavens. My monument, which the wind will carry after me to the stars. For the fame of the dead man's deeds lives eternally, as the Edda already says, the holy book, the Bible of the North. Long live the German Shepherd." Shoots his dog. Ladies: "Heil Hitler." Hitler exits, two shots. The ladies dance to Wagner's Twilight of the Gods before the backdrop of the burning capital.

Kluge

If you were now to see that acted out by Japanese actors, that would move into an enormous distance, and the moment it moves into the distance in this manner you can deal with it again, and it once again becomes this healing course that you repeat until Hitler really dies. Basically, he was never properly buried. He was really buried in the form of a radio report. And is it really necessary that someone in whom so many exaggerated hopes, but also so much real trust was invested, is it necessary that he should also really die and be buried according to a ritual? One has to place a stone on top of him, so that he can't, so to speak, become a leader of the dead.

Müller

Yes, yes. Basically, if you were to imagine we lived in Africa, then Hitler would be buried every year, we would bury a copy of Hitler or a Hitler doll every year. We would do it until it started to bore everyone, until no one came to this event any longer. That would really be the solution.

Kluge

That's really what the theater should do.

Müller

It has to bury the dead . . .

Kluge

It shouldn't artificially provoke the conscience, but rather bury the dead, bury the unsolvable traumatic experiences, not solve them.

Intertitle

A text from 1956: The Three Widows

Müller

Yes, clearly, clearly.

Kluge

There's a text by you in which you describe 1956. Could you describe that?

Müller

It's . . . Which one do you mean?

Kluge

The Three Widows. It's about Brecht, and it's outlined here.

Müller

Yes. It's a true story, it comes from Fritz Cremer. Fritz Cremer, the sculptor, did a death mask of Brecht and also made his coffin, Brecht wanted a coffin made of steel.

Kluge

He arranged for all of that in advance.

Müller

Yes. In his will he also requested that he be stabbed through the heart, like Nestroy and Raimund, I think.

Kluge

What do you mean by stabbed through the heart?

Müller

Well, so as not to be misdiagnosed as dead. So as to have a guarantee that he would not be buried alive. Apparently that has been a great fear of German writers since Schubart. You know, Schubart was in prison for I don't know how many years, twelve or so, on the Hohenasperg, or even longer. And when they cleared the cemetery much later, they discovered that his coffin had been completely scratched up from the inside, Schubart's coffin, that's really macabre, to be buried alive after having already spent twelve years in prison.

Kluge

And now there's this story here, the three widows are conferring, Harich has been arrested, what can they do?

Müller

And then Fritz Cremer comes, the sculptor who had made the first model of the steel coffin.

Kluge

. . . from the steel factory . . .

Müller

. . . it was made in the steel works at Henningsdorf. He came with two workers, he had forgotten to take measurements, he didn't know if Brecht would fit inside. You remember Wallenstein, whose legs had to be broken because the conspirators had not taken his measurements, they had a coffin for Wallenstein that was too short. Apparently Cremer knew this story too. In any case, he came to this assembly of the three widows with the first model of the steel coffin.

Kluge

One of the bearers, a worker, had to try it out?

Müller

And one of the workers, who Helene Weigel thought had approximately the same stature as Brecht, had to try the coffin out by lying in it.

Kluge

Was that while Brecht was still alive?

Müller

No, no, he was already dead, he was already dead by then. Harich was arrested after Brecht's death.

Kluge

Have you made such arrangements?

Intertitle

On the way to a theater of darknesses / Heiner Müller on the statement: "The theater must bury the dead"

Müller

No, not at all. Up till now I haven't had any interest in doing so.

Kluge

Do you know where you will be buried?

Müller

For the time being I couldn't care less. The Dorotheenstadt Cemetery is almost full, I think, that makes it very difficult. The best option might be to have my ashes strewn over the Baltic or over the North Sea, I think. That is still possible.